Quillotana saltó una valla para entregarle una ofrenda al Papa
Hecho aconteció el domingo pasado, durante la última aparición del Papa Francisco en el Vaticano. Madre de Trinidad Dinamarca de 15 años, comentó que la joven le regaló la Virgen Peregrina y todo "fue por elevación del Espíritu Santo".
Valentina Morales - La Estrella Quillota-Petorca
Sin duda la muerte del Papa Francisco remeció a todo el mundo. En especial a los cristianos y quienes tuvieron la oportunidad verlo en la última aparición pública que hizo para celebrar Pascua de Resurrección, un día antes de fallecer. Fue ahí cuando María Trinidad Dinamarca Bonta, una quillotana de 15 años, burló la seguridad de la Plaza San Pedro en la Ciudad del Vaticano y saltó las vallas papales para entregarle su Virgen Peregrina al sumo pontífice.
La imagen es un ícono del movimiento Schoënstatt y acompañó a tres de las cinco adolescentes que integran la rama de la junventud femenina. Ellas, habían llegado hasta Roma a ser parte de la canonización de Carlo Acutis, el denominado "influencer de Dios". Allí, pretendían que cada una de sus "mater" fueran bendecidas y llevarlas devuelta al Santuario de Jardín de María Rey de Quillota.
"Esto del Papa fue un caramelo, no estaba previsto por nadie", aseguró José Dinamarca."Ellas tampoco tenían la entrada para estar allí, era en otra locación más lejos, y una familia les dijo que se pusieran adelante para poder ver bien porque, a pesar de que tienen 15 años, son muy chiquititas y menuditas", agregó Cecilia Bonta. Para sus padres, la hazaña de María Trinidad Dinamarca fue más que un mero salto: "Fue como por la elevación del Espíritu Santo. Saltó en el momento preciso, ni un segundo antes, ni un segundo después", aseguraron.
"Nos sentimos super bendecidos de que nuestra hija haya sido instrumento de Dios. Ha sido un tiempo muy especial para nuestra familia, el movimiento y su comunidad educativa".
En esa misma línea, el matrimonio reflexionó al ser preguntados por el viaje y si es que ellos habían tenido la oportunidad de ir al Vaticano: "Dios mandó a su único hijo a la Tierra, nosotros mandamos a nuestra única hija a Roma". "Ella es nuestra primera representante en la capital de la Iglesia", complementaron.
La estudiante del Colegio Marista Quillota - Instituto Rafael Ariztía (IRA) le reconoció a su mamá que "no recuerdo tan bien el momento. O sea, yo sé que ocurrió". Sin embargo, lo que quedó en su cabeza fue el forcejeo que tuvo con los guardias y la conversación con el sacerdote Juan Cruz, quienes trataban de entender cuáles eran las intenciones de la adolescente, porque no soltaba su imagen de la Virgen Peregrina y se aferraba al vehículo.
"Él muy amorosamente estiró la mano y agarró la mater de inmediato", complementó Bonta.
La Virgen Peregrina
Para la comunidad Schoënstatt, la imagen de María junto a Cristo es un símbolo de comunidad y unión pues, va de hogar en hogar visitando a los feligreces quienes le preparan un espacio en sus casas donde se congregan a rezar y cantar.
En Quillota, es una especie de recuerdo compartido entre quienes la han recibido, así lo afirmó José Dinamarca, quien en su infancia pudo vivir la experiencia: "Es una sensación muy bonita. Yo la tuve cuando vivía en Villa Alemana, fue toda una fiesta".
"El otro día me acordé que cuando yo era chica, éramos bien pobres y mi abuelita -que era bien rezadora- la tuvo en su casa. Tengo tan lindos recuerdos, quedábamos todos como alegres", contó que le decía una conductora a Cecilia Bonta.
"Es una experiencia muy completa, muy humana. Es como invitarla a tomar tecito", añadió Dinamarca.
Si bien la Virgen Peregrina que llevaba cada una de las adolescentes no eran las que visitan los hogares de Quillota, sí estaban en el santuario.
"Esa madre estuvo ahí mientras la gente rezaba, ponía su capital de gracia, sus problemas y alegrías. Después fueron entregadas a las niñas y las llevaron desde este lugar, desde este santuario que reparte gracia a las personas que lo visitan", detalló la madre de María Trinidad, instando que más personas también vayan al lugar. Los padres de María Trinidad siguen emocionados y expectantes pues la adolescente aún no culmina su viaje: "No sabemos cuando vuelve, esperamos que vuelva y no tener que ir a buscarla allá", cerraron entre risas.