Ante la muerte del Papa Francisco
Como dijo, el cardenal Chomalí, el santo padre "generó vínculos con personas distintas". Y así fue. Un hombre, que, imagino, ante todo atisbo de poder, fue capaz con su sello de generar cercanía, espacios para el diálogo... "Siendo el mismo", como alguna vez dijo. Ciertamente, fue su caminar, hasta su lamentable partida. Entre otras cosas, hizo reformas importantes ante la crisis que vivía la Iglesia y reconociendo el valor y aporte de la mujer en el Vaticano.
Se reconoce, valora y se agradece, desde la diversidad, aquellos diálogos de apertura. Con la sencillez que lo caracterizó al mando de un pontificado. Que con él, sí o sí, tuvo que sintonizar (aún más) con los problemas del mundo.
Sabiendo, reconocer errores y aportar, con la palabra de Dios, al entendimiento, fe y amor, por el prójimo. En todos los idiomas, sin perder su lengua, de aquella tierra latina, al fin del mundo; al ritmo del tango, con sabor a mate y con triunfos futboleros. Y con un país hermano, nuestro Chile, que reconoce su figura como líder. Que, con errores y aciertos (como todo ser humano comete) nos deja, desde su querida y amada Iglesia.
Alejandro Oviedo
Comunicador Social