Chile nuevamente se prepara para modificar sus relojes con el cambio al horario de invierno que ocurrirá este sábado 5 de abril, a medianoche. Esta habitual práctica implica atrasar una hora los relojes, medida instaurada en 1968 con el objetivo inicial de aprovechar la luz natural y generar ahorro energético.

Sin embargo, el cambio de hora nuevamente ha generado un profundo debate público debido a sus comprobados efectos negativos. Expertos en salud alertan consistentemente sobre las repercusiones en la calidad del sueño, salud mental y rendimiento laboral.

Pese a la contundente evidencia científica y a las reiteradas recomendaciones de los expertos, las autoridades políticas han permanecido indiferentes, manteniendo esta práctica sin argumentos técnicos claros. Esta indiferencia ha sido cuestionada por diversos sectores que acusan falta de voluntad política y ausencia de criterios científicos en la toma de decisiones.

Además, el cambio de hora conlleva la necesidad de ajustar manualmente relojes y dispositivos electrónicos, aunque muchos de ellos actualmente ya realizan este cambio automáticamente gracias a configuraciones digitales. Pero para aquellos dispositivos que no tienen el cambio automático y considerando a la población adulta mayor, podría traer complicaciones en las actividades cotidianas.

Mientras el Gobierno siga ignorando la evidencia científica, serán los ciudadanos quienes continuarán soportando los costos de una política cada vez más cuestionada.

Dr. Danilo Leal

Director Magíster en Cs de la Computación

& Magíster en Ingeniería Informática

U. Andrés Bello

Indudablemente, la implementación de los buses eléctricos administrados por la empresa Trolebuses de Chile significó un alivio en la compleja, por no decir brutal, situación que vivimos los porteños con el transporte público.

Sin embargo, la experiencia de abordar los buses en la Estación Barón es un calvario aparte. Al no haber una estructura similar a la de un terminal de buses con andenes para cada servicio, asientos y sombreaderos para los pasajeros, la espera es tediosa. A ello se suma el factor climático: en verano, la espera fue bajo un inclemente sol, por lo que no quiero imaginar lo que puede pasar en invierno.

En consecuencia, urge una solución para esta situación. En lo inmediato, hay que mejorar las condiciones de espera de los usuarios, separando claramente las áreas de embarque para los servicios a Rodelillo, Los Ingleses y Placilla-Curauma, respectivamente; antes de planificar y concretar un verdadero terminal intermodal en Barón. La gente lo agradecería mucho.

Francisco Meneses Vera

Hay lugares en la ciudad que antaño fuera elegida como la mejor para vivir, trabajar y estudiar en que impera La Ley de la Selva, ejemplo calle Valparaíso, ambulantes por doquier, se instalan donde quieren, cuando quieren y a la hora que quieren. También los lanzazos son parte de esta calle y lo peor cero presencia policial. Plaza Dr. Luis Sigall en la entrada principal de la Quinta Vergara, se juntan numerosos grupos de jóvenes alterando el lugar con riñas, garabatos al por mayor, consumo de marihuana, con cero presencia policial provocando mucha inseguridad para los vecinos del

sector.

Julio Lopez R.