El poder
El sueño es mucho más que un simple descanso. Durante las horas que pasamos durmiendo, nuestro cuerpo y mente entran en un proceso de reparación y equilibrio vital para mantener nuestra salud física y emocional. A menudo subestimado, el descanso tiene un papel crucial en nuestra regeneración diaria.
Durante el sueño profundo, conocido como las fases de ondas lentas, el cuerpo libera hormonas que promueven la reparación celular, como la hormona del crecimiento, que regenera tejidos musculares y óseos. Es precisamente en este momento cuando los músculos desgastados por la actividad física se reparan y fortalecen. Además, el sistema inmunológico se refuerza, ayudándonos a defendernos de enfermedades.
Pero el descanso también es esencial para la mente. Mientras dormimos, el cerebro procesa y organiza la información del día, consolidando recuerdos y regulando nuestras emociones. La fase de sueño REM, vinculada a los sueños, es vital para la resolución de problemas y la creatividad, además de ser fundamental para el equilibrio emocional. La falta de sueño, por el contrario, puede afectar nuestra capacidad de concentración, aumentar el estrés y alterar nuestro estado de ánimo.
Para lograr estos beneficios, los expertos recomiendan que los adultos duerman entre 7 y 9 horas por noche. Sin embargo, la calidad del sueño es tan importante como la cantidad. Para mejorarla, una técnica útil es la regla de los 20 minutos: si no puedes dormir después de 20 minutos en la cama, levántate y realiza una actividad relajante, como leer o escuchar música suave, hasta que sientas sueño.
En resumen, dormir adecuadamente no solo es necesario para reponer energías, sino que es una herramienta poderosa para mantenernos saludables, tanto física como mentalmente. Un sueño reparador es la base para un día productivo y equilibrado.
Denise Dutrey
@denise_saludybienestar