Valparaíso y Viña del Mar cobran vida en Minecraft
Un proyecto iniciado en 2020 busca replicar todo el país en el famoso videojuego. La iniciativa ya ha representado sectores icónicos de Valparaíso y Viña del Mar. Sus creadores planean seguir expandiéndose.
Valentina Vilches Menares La Estrella de Valparaíso
En medio de la pandemia, un grupo de jóvenes chilenos inició "Build The Earth: Chile", un proyecto que busca reconstruir digitalmente las ciudades del país dentro de Minecraft, el popular videojuego de construcción en bloques. Este proyecto forma parte de una iniciativa global que pretende replicar el mundo entero, y en Chile, ha permitido plasmar con sorprendente nivel de detalle los rincones más emblemáticos del territorio, enfrentando desafíos de escala, referencias y modelado del terreno.
Uno de los usuarios, Ignacio Cortez, de 18 años y residente de la población Gómez Carreño en Viña del Mar, se sumó al proyecto en 2020, motivado por el encierro de la pandemia. "No había mucho que hacer en Viña, y eso me motivó a construir la mayoría de las cosas que hay hoy en día", comenta.
Su primera construcción fue su propio barrio, pero luego amplió su alcance para replicar lugares icónicos como las Torres Coracero, el Muelle Vergara y la Plaza del Centro de Viña. Sin embargo, el trabajo no fue sencillo: "No es tan simple como llegar y construir, también requiere otros procesos para que los lugares sean más precisos".
También le gustaría construir el Palacio Vergara, el Casino de Viña, el Palacio Rioja y el Mall de Viña, lugares que considera emblemáticos de la ciudad.
"El Mall de Viña es más icónico. Pero hay lugares que tienen una historia arquitectónica muy linda, como lo es el Palacio Rioja y el Palacio Vergara", explica.
Uno de los mayores desafíos para Ignacio fue el Reloj de Flores, una de las postales más reconocidas de la ciudad. "Fue uno de los más complicados porque al principio quedó mal hecho y descuadrado. Nunca tuve el tiempo de volver a hacerlo, y nadie se arriesgó a destruirlo para empezar de nuevo".
Sobre los tiempos de construcción, detalla: "Si le ponía 100% de tiempo, podía demorarme entre tres y cuatro días en construir algo como el Reloj de Flores". Este mismo tiempo le tomó replicar otras estructuras emblemáticas como el Muelle de Viña del Mar y su propio barrio en Gómez Carreño.
A pesar de las dificultades, su trabajo no pasó desapercibido. "Mi familia veía cuando el proyecto aparecía en televisión o en redes sociales y me decían: 'Oye, mira, eso lo hiciste tú'".
El líder del proyecto, Ignacio Cabrera, oriundo de Santiago, destaca la magnitud del trabajo. "Uno realmente no dimensiona el tamaño de Chile hasta que empieza a ir casa por casa. Hacer todos los cerros, todos los postes, no solamente los edificios, también los parques".
En el caso de Valparaíso, los cerros han sido un obstáculo especialmente desafiante. "Hay unas calles en Valparaíso que se parecen mucho a Fantasilandia, porque suben y bajan, son como una S. Ese es nuestro gran problema hoy en día", comenta.
Entre las construcciones destacadas en Valparaíso se encuentran el Congreso Nacional, el Reloj Turri y el Edificio de la Armada. "Cuando hice el Congreso Nacional, lo hice inmediatamente como por un tema de identidad de la ciudad", relata Cabrera.
Su compromiso con la exactitud arquitectónica lo llevó a rehacerlo varias veces hasta lograr un resultado satisfactorio. "Ahora es mucho más turístico el sector".
Otro de los constructores, José Riveros, también de Santiago, ha trabajado en la Plaza Sotomayor, el Castillo San José y sectores del Muelle Prat y la Calle Errázuriz. Su vínculo con Valparaíso es personal: "Mi familia siempre tenía un vínculo especial con Valparaíso. Mi mamá trabajó y estudió allá, y siempre me ha llamado la atención el puerto".
Sin embargo, ha debido sortear dificultades debido a imprecisiones en los mapas digitales. "En Valparaíso, el relieve de Google Maps está mal hecho, y si en el plan están mal hechos, en los cerros es peor. Ahí no podemos confiar en nada", reconoce Riveros.
Para sortear estos problemas, ha recurrido a métodos más tradicionales. "Un día fui a Valparaíso, no exclusivamente para esto, pero aproveché de medir una escalera y así pude calcular la altura de un cerro". Además, ha descubierto datos históricos que desconocía. "No tenía idea de la cantidad de barcos enterrados en el plan de Valparaíso. Me sorprendió mucho".
A pesar de la falta de información precisa, continúan adelante con el proyecto. "Siempre dicen que las cosas que más cuestan son las que más se valoran, y yo pienso que ha sido así la experiencia", reflexiona Riveros. Con la meta de conectar más sectores del país, esperan que el proyecto siga creciendo.
2 a tres días se pueden demorar en construir una estructura como el Reloj de Flores de Viña del Mar.