Caza de menores
Si alguien piensa que la mano dura contra niños o adolescentes, comprometidos con la delincuencia, soluciona su hábito criminal, seguramente estará aplaudiendo a Milei que desea rebajar la edad de imputabilidad penal hasta los 10 años y aplicar el sistema penal de adultos a menores de edad ("Delito de adulto, pena de adulto" afirma Milei).
La base general de datos de la Corte Suprema argentina al 2024, informa que, entre los delitos graves en el universo de delincuencia juvenil, un 38% de los acusados tenía entre 13 y 15 años y solo un 1,9% 12 años o menos. Esa información estadística debiera bastar para suponer que la idea de Milei es descabellada y solo busca el aplauso fácil.
En Chile, está vigente -desde el 2005- la Ley de Responsabilidad Penal Adolescente, que se propuso corregir un régimen de tratamiento penal de menores, que vulneraba sus derechos fundamentales pues los trataba como adultos. El núcleo del esfuerzo estatal chileno ya no es la mera represión del menor infractor y su neutralización - a lo que pareciera que apunta el discurso del líder argentino-, sino su rehabilitación.
El Estado chileno insta por la responsabilización -inculcar la norma y su respeto- y por la rehabilitación social del infractor juvenil. A través de las normas penales se busca la reeducación del menor con compromiso delictual, para que contribuya útilmente a la sociedad y su vida no implique un desperdicio. Se anteponen al mero castigo los intereses superiores del niño, algo que, probablemente, no le interesa al presidente argentino.
Dr. Javier Castro Jofré
Abogado penalista y académico
Universidad Autónoma de Chile