Residentes piden seguridad y locatarios se enrejan en Placeres
Afirman que son pocas las rondas y patrullajes. Solicitan mayor cantidad de luminarias y cámaras de televigilancia por robos con violencia. Apuntan a plazas como "zonas rojas" intervenidas en las noche por jóvenes en cerro porteño.
Guillermo Ávila Nieves - La Estrella de Valparaíso
Eran casi las nueve de la noche del 5 de agosto de 2023. Ese día, Esteban Rosales junto a otra trabajadora se aprestaban al habitual cierre de caja de su local llamado "El Che" ubicado en avenida Los Placeres. Fue de un segundo a otro que sus vidas corrieron peligro. "Entraron cinco tipos armados. Todos tenían armas de fuego. Muy violentos. Nos apuntaban mientras a la señora que laboraba conmigo la arrojaron al suelo. Me golpearon con la culata de la pistola. Fueron 13 puntos en mi cabeza".
Rosales cuenta que de Buenos Aires se instaló a vivir y a emprender en este cerro porteño que lo cautivó. De allí que lamenta lo vivido. "Se llevaron toda la recaudación del día, aparte de la mercadería. Se llamó a Carabineros y se puso la denuncia. Después pasó a la Policía de Investigaciones (PDI), pero nunca se supo de los delincuentes". Recuerda que en 2012 se veía presencia policial. "Había un retén en Plaza La Conquista. Furgón y motos. Hoy, nada".
De punta a costa
En el otro extremo del cerro, emplazada en avenida Matta casi al llegar a la variante Agua Santa, desde la Terminal de Buses Central Placeres, que abastece también a los cerros a Recreo, Esperanza y Playa Ancha y que cuenta con una flota de 120 máquinas, reconocen que invertieron en seguridad ya que les entraron a robar por atrás: aseguran disponer ahora de protección perimetral, 13 cámaras de seguridad activas e iluminación interna y externa.
Ana Yáñez habita hace más de 40 años al frente. Apunta hacia la Plaza Esperanza. Cuenta que de noche allí "parece de día por la cantidad de jóvenes que provocan escándalos, desmanes, consumo de drogas y delinquen. A varios vecinos se les han metido". Incluso dice que "aparecen vehículos sin dueño". Clama porque Carabineros "pase más seguido -no de largo- y realicen control a la plaza".
En avenida Matta con calle Héroes del Mar, cerca de la Ruta 68, está una estación de servicio. Leonel González -que reside más abajo en calle Nápoles- se acerca. Indica al fondo: impactos de balas. "He visto de todo. Hay mucho vandalismo, asaltos con pistolas, secuestros (el último a una joven en febrero pasado). De las 20 horas solo atendemos con tarjeta y cerramos la bomba desde las 23.00 hasta las 6:00 AM
Pamela Sandoval es residente y lleva tres años con su local Inversiones PYJ. "La delincuencia y droga está terrible. A mi hija la asaltaron aquí con cuchilla". Narra que las luminarias adjudicadas por la Junta de Vecinos, "no duraron ni un mes".
Gloria Pastén es presidenta de la Junta de Vecinos 143. Aclara: "Postulamos a luminarias en el sector: de 22 que nos ganamos en el proyecto Fondeve (Fondo de Desarrollo Municipal) ya se han robado siete", lamenta, mientras señala que "es la única forma que podemos adquirir esos proyectos".
Y suma: "Aquí hay inseguridad por robos. Tenemos un total de 11 carabineros en la comisaría. Eso es insuficiente. Ahora hay un nuevo encargado del cuadrante. Él nos ofreció hacer rondas periódicas. Le dimos información".
Aplanan el cerro de arriba a abajo. Un grupo de Testigos de Jehová evangelizan. A coro dicen que lo acontecido "es señal de los tiempos que vivimos". Jaime Vivencio lidera esa avanzada. "Hay maldad. Falta control acá". Y alerta: "Los negocios cierran temprano y casi no hay colectivos de noche".
Agustín Norambuena atiende 'La Abueli'. Se aprecia todo enrejado. Revela que cuentan con alarma, cámaras, sensores y luz. "Invertimos en seguridad. Cinco tipos en una camioneta trataron de abrirnos el portón: se fueron porque todo nuestro mecanismo de protección se encendió. Carabineros llegó horas después... ni rastros de los delincuentes".
Gian Yáñez emerge del Pasaje Puerto España resguardado por cámaras y alarmas de seguridad. "La Junta de Vecinos hizo las gestiones para su instalación. Ha resultado bastante bien contra la delincuencia", confirma.
Lorena Rodríguez es propietaria hace un año y medio de panadería y pastelería La Escondida. Su bienvenida fue un robo. "A los dos meses de empezar rompieron el techo: se llevaron mercadería y más de 500 mil pesos". Advierte que tuvieron que adquirir cerco eléctrico y alarmas del sistema Verisure. "Un costo para estar seguros: acá no se ve ninguna ronda". Enfatiza que vive por Plaza La Conquista. "Allí había un Plan Cuadrante que funcionaba hace 10 años, ahora nada".
A sus 71 años de edad, Erica del Tránsito Fernández vive en situación de calle en la misma Plaza La Conquista hace más de un año. Entre lágrimas, acusa que su hijo empresario la dejó "botada" y que lo ha denunciado en los juzgados. "Necesito que se haga cargo de mí. Vendí mi casa en la esquina. Mi hijo me pidió la plata y nunca la devolvió". A su lado, Jane Vidal es del sector. "Ella tenía su casita. Ayudaba a mi madre en limpieza. ¿Y si le pasa algo acá? Triste".
Erica dice que de noche en La Conquista "los jóvenes se han tomado dominio de la plaza. Vienen a tomar y drogarse: no hay nadie que haga nada".
Luis Videla es de la Junta de Vecinos 48. Vive en calle Carmen Cabriteria hace 73 años. "La plaza no tiene buena iluminación. Hay poco funcionario policial: no dan abasto y el cerro se ha expandido. Luchamos para una nueva comisaría, pero las autoridades están en silencio", a la vez que avala que "se ha trabajado con el municipio, aunque es insuficiente".
Entre el Inacap y la Universidad San María reside Alejandra Mancilla, que la sindica como área de cuidado, "así como las escaleras y pasarelas que dan hacia avenida España".
A su juicio, la delincuencia se ha incrementado desde la pandemia. "A mi vecina la asaltaron con pistola. Por seguridad tenemos un grupo de WhatsApp", sostiene.
José Barros vive y atiende La Librería, en calle San Luis con avenida Los Placeres. Dice que han intentado abrirle la cortina tres veces. "Varios locatarios han enrejado porque han sufrido robos con violencia. Incluso trataron de secuestrar a un joven". Además cuenta que son muchos los estudiantes y universitarios del área que "aquí llegan por ayuda tras ser asaltados".
Florencia Montenegro estudia ingeniería civil en biotecnología en la Universidad Santa María. "Los ladrones ven que somos estudiantes y saben que pueden robarnos mochilas, celular o notebook".
Desde la Universidad Santa María reconocen que han tomado diversas medidas en sus campus y sedes. Destacan: guardias en portería y colaboradores estratégicos capacitados. Control de acceso a porterías reforzadas. Monitoreo continuo mediante cámaras internas y en perímetro (pasarela y paradero av. España). Coordinación con JJ.VV. Iluminación perimetral. Vinculación con Carabineros, PDI y mesas de seguridad con Delegación Presidencial y el municipio.