Chile en la encrucijada
Chile, una vez visto como un ejemplo de desarrollo en América Latina, enfrenta hoy una preocupante mediocridad producto de años de estancamiento económico, desigualdad persistente, polarización política y crisis de liderazgo. El país, demasiado dependiente de sus exportaciones de materias primas, no diversificó su economía ni fomentó la innovación, haciéndolo vulnerable a fluctuaciones externas. La desigualdad, sumada a sistemas públicos debilitados, ha generado descontento social, profundizado por una clase política que, en lugar de ofrecer soluciones estratégicas, parece atrapada en visiones cortoplacistas y conflictos ideológicos. En este contexto, la falta de liderazgos con experiencia, responsabilidad y compromiso se hace evidente, pues los problemas actuales no se resuelven con discursos pueriles, sino con acción seria y eficaz. Quienes desempeñan funciones públicas tienen una responsabilidad directa con los contribuyentes, quienes financian sus remuneraciones. Esto exige un compromiso ético y profesional que garantice el bienestar colectivo, en lugar de perpetuar la desconexión con las necesidades ciudadanas. Chile necesita líderes capaces de guiar al país hacia un modelo inclusivo y sostenible que recupere la confianza perdida y materialice el potencial de su gente.
Rodrigo Durán Guzmán