Memorias de la industria textil de Viña del Mar y Valparaíso
Muestra alberga investigación conjunta del Centro de Conservación de Textiles de Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso y Archivo Histórico de la Ciudad Jardín. Hasta el 26 de enero de 2025 se puede visitar en el Palacio Rioja.
Guillermo Ávila Nieves - La Estrella de Valparaíso
Durante parte del siglo XIX y casi todo el XX, Valparaíso y Viña del Mar se transformaron en grandes centros textiles del país. Solo en la Ciudad Jardín, sobre mediados de la centuria pasada en su boom, cuatro eran las fábricas que la llevaban en el rubro: Gratry, tejidos de algodón; Sedamar, fábrica de sederías; Caupolicán, de tejidos; y la emblemática Textil Viña.
"Me dicen que yo estoy en el inventario de Textil Viña", dice Francisca López, quien a sus 92 años de edad, recuerda que ingresó allí al Departamento de Control a los 16 años gracias a un permiso especial de su madre. Luego, toda una vida, hasta jubilar, 41 años después. "Mi familia trabajó en ese lugar. ¡Hasta mis hijos!".
De Achupallas, evoca que vivió en la Población Textil, "porque nos dieron casas: todos éramos como una familia. Hoy tengo buen pasar. Estoy agradecida", suspira.
Carmen Rubilar es de Santa Julia. A sus casi 84, lo patenta como hoy: "Entré en 1962 en Las Coneras. Primero empaquetaba y luego por mi carácter, me pasaron a la sala de ventas para vender los géneros". Tras 36 años en la Textil, fue parte de la época final cuando estas industrias bajaron cortina a principios de los años noventa. "Éramos como mil 200 personas entre las dos fábricas ubicadas en calle Quillota y 1 Norte. Nuestro fuerte era la lana y el algodón". Y destaca: "Las sábanas y toallas duraban más de 20 años. Ahora todo es de China".
Memoria a fuego
Tanto Francisca como Carmen fueron testigos de honor en el vamos a la exposición "Memoria de la Industria Textil de Viña del Mar y Valparaíso": desde vestuario, fotografías hasta material documental es la muestra fruto de un proyecto de investigación conjunto entre el Centro de Conservación de Textiles de la Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso y el Archivo Histórico de Viña del Mar.
Lorena Brassea, como encargada del Archivo Histórico Patrimonial de la Municipalidad de Viña del Mar, resalta: "Estamos en un proceso de investigación. Esto no está concluido. Con el Archivo Histórico y la Universidad de Valparaíso llevamos 10 años en esto: armamos un puzzle porque queremos formar y levantar un relato de lo que significa esta industria textil".
Brassea especifica: "Las textiles, tanto industrial como febril, que desaparecieron dejaron un hito: poblaciones obreras que son testigos en esta comuna". Aparte de las cuatro grandes, cuenta que contabilizaron otras 20 industrias ligadas en su producción a este mundo textil.
Darle un sentido
Este proyecto es financiado por el Fondo de las Culturas y las Artes, Fondart, convocatoria 2024.
"Esta exposición aborda darle sentido a los objetos que conservamos. Generar un relato en torno al contexto histórico de la industria textil en la región, explicando el ámbito industrial de este rubro y disponerlo para el público a través del Centro de Conservación de Textiles y en el Archivo Histórico de Viña del Mar", afirma Ángela Herrera, coordinadora del Centro de Conservación Textil Patrimonial de la Escuela de Diseño de la Universidad de Valparaíso.
Para la académica de la UV, resulta clave que tanto la Ciudad Jardín como la Ciudad Puerto lograron trabajar asociadas.
"En Viña del Mar se asentó la industria de la tejeduría y en Valparaíso, la confección". Y añade: "Si tomamos un periodo por ejemplo, de 1960 a 1965, fácilmente eran más de cinco mil personas que estaban ligadas a este rubro en la zona".
Herrera detalla: "Aquí existieron grandes firmas que confeccionaban el tejido y los productos, abriendo sus líneas para mayor productividad. Por eso es importante dar cuenta de este proceso industrial, ya que aún quedan testimonios, a partir de la edificación industrial".
Carmen Rubilar reflexiona. "Todavía hay gente en la calle que me dice: Carmencita, este es el hijo al que yo compraba los pañales Bambino", sonríe.