150° Aniversario de la fundación de Viña del Mar: Una historia por construir
Con motivo de los 150 años de su fundación, tengo a bien exponer algunos puntos importantes sobre la historia de Viña del Mar. Por iniciativa de don José Francisco Vergara Echevers y por un acuerdo de fecha 28 de diciembre de 1874, que al día siguiente se tradujo en un decreto extendido por el Intendente de la provincia, Francisco Echaurren, se dio origen a la "Población Viña del Mar". Digo población, porque en esos momentos era un distrito más de la ciudad de Valparaíso y sólo un lustro después se autorizó la creación de la municipalidad, que le dio autonomía para dirigir su propio futuro.
Desde sus orígenes Viña del Mar se caracterizó como un polo industrial y turístico, consolidándose como la capital del turismo nacional a partir de 1930 y perdiendo poco a poco su carácter industrial.
Un historiador planteaba hace unos años que Viña del Mar era una ciudad joven, pero con historia. Sin embargo, falta aún mucho que descubrir de su pasado industrial y turístico; los aportes de extranjeros, principalmente de británicos, alemanes, italianos, españoles e inmigrantes de Medio Oriente y relevar las gestiones alcaldicias de personajes tan importantes como Manuel Ossa S.M, Gastón Hamel, Juan Magalhaes, Eduardo Grove, Gustavo Lorca y Juan Andueza, entre otros y los aportes de las ediles Eugenia Garrido, Virginia Reginato y Macarena Ripamonti.
Los estudios han profundizado en la vida del casco histórico, pero faltan investigaciones de conjunto sobre la Población Vergara, Las Salinas, Reñaca y los cerros de la ciudad. En las últimas décadas han aparecido tímidamente trabajos de historia oral sobre el origen del poblamiento de barrios como Santa Inés, Recreo, Forestal, Gómez Carreño, Achupallas y Reñaca Alto.
Por otra parte, tampoco se han destacado los aportes patrimoniales y culturales de mujeres tan importantes como Dolores Pérez de Álvarez, Mercedes Álvarez Prieto, Blanca Vergara Álvarez y Juana Ross Edwards, en Viña del Mar; Blanca Vicuña Subercaseaux y Luisa Nieto de la Vega, en Reñaca; Antonia Cortés de Maroto, Margarita Maroto Cortés y Laura Barros de Borgoño, en Concón y por supuesto las gestiones de las mujeres pobladoras, que impulsaron, a través de distintas organizaciones sociales, el surgimiento de sus propios barrios.
Sin duda hay mucho por hacer y descubrir de nuestra historia. Cada viñamarino y viñamarina debe contribuir, desde donde le toque actuar, para promocionar a la Ciudad Jardín, la Ciudad Bella, porque fortalece nuestro sentido de pertenencia y le da valor a nuestra vida.
JORGE GALLEGUILLOS JORQUERA
Académico Departamento de Historia, Geografía y C. Sociales
Universidad de Playa Ancha.