La COP29 en Azerbaiyán enfrenta una encrucijada alarmante. ¿Cómo es posible esperar avances climáticos significativos en una cumbre organizada por un país cuyo presidente llama al gas "un regalo de los dioses" y defiende abiertamente la expansión de los combustibles fósiles?

Como advierte el informe de la ONG Uno Punto Cinco, los temas de financiamiento, como el Nuevo Objetivo Colectivo COP29 en BaikuCuantificado (NCQG) y el fondo de Pérdidas y Daños, estarán en el centro de las negociaciones, pero las tensiones geopolíticas podrían vaciarlos de sentido una vez más.

Aquí es donde Chile, junto a otras naciones latinoamericanas, debe actuar de manera firme y decidida. El país tiene la oportunidad de catalizar acuerdos reales para desbloquear los fondos prometidos hace más de una década, garantizando que lleguen a las naciones más vulnerables, en lugar de diluirse en burocracia o caer en manos de intereses privados.

Sin una presión decisiva, esta COP29 corre el riesgo de ser un triste reflejo de años de promesas incumplidas y de profundizar las desigualdades en la respuesta global al cambio climático.

Felipe Fontecilla

director ejecutivo

Emergence Chile

Tendré que ir a cumplir

Con mi deber ciudadano

Con la cara llena de risa

Y un lápiz en la mano.

Como es obligatorio

lo haré sin chistar

para no tener problemas

ni multas que pagar.

Para evitarme las filas

Y como adulto mayor

trataré de buscar la forma

que me acomode mejor.

Las elecciones pasadas

como estaba confundido

tuve que pedir ayuda

para no andar tan perdido.

Le pregunté a un guardia

También a los del Servel.

Me dijeron ¡ tenga paciencia!

Veremos qué podemos hacer.

Pero como pasaban las horas

y nada parecía cambiar

para no perder más tiempo

mejor me fui a almorzar

Al regresar en la tarde

y continuar con el ritual

nada había cambiado

todo seguía peor o igual.

Cuando por fin pude hacerlo

Con tanto papel me enredé

Que hasta se me olvidó

Por cual cristiano voté

Después de haber cumplido

con el mandato legal

reflexioné más tranquilo

¿Valdrá la pena votar?.

Jorge Valenzuela Araya