La oscura realidad de las sectas
Hay que tener cuidado: nuevos grupos religiosos que se han instalado en el país son un peligro a la integridad física y síquica de los seguidores.
Juan Guillermo Prado - La Estrella de Valparaíso
Sucedió en una reunión de la Fraternidad Ecuménica de Chile, institución que reúne a líderes de las iglesias católica, evangélica y ortodoxa. En una reciente reunión, el profesor y pastor bautista Josué Fonseca se refirió al tema de las nuevas sectas que se han instalado en el país.
Por ello decidimos entrevistarlo y nos señaló que "una secta es una organización que utiliza una fachada religiosa para engañar y sacar provecho. Estos grupos se diferencian de las religiones tradicionales porque estas no buscan engañar, ni hacer aprovechamientos. Las iglesias o religiones son abiertas, públicas, buscan ser transparentes, se reconocen entre sí y se respetan mutuamente. Por el contrario, las sectas son cerradas, viven apartadas y separadas de la comunidad, y su fin último es el fraude y el engaño. Por ejemplo, hacen shows, eventos producidos, usan efectos especiales. Así que, dado que no toda iglesia es realmente una iglesia, hay que saber reconocer cuando estamos ante una secta".
-¿Cuáles son las principales sectas que han llegado este último tiempo al país y por qué son peligrosas?
-En las religiones orientales hay muchas sectas y grupos circulando que no son reconocidos. Entre los católicos también existen grupos separatistas que tienen prácticas de secta que son rechazados por la jerarquía. En las iglesias evangélicas y protestantes no es diferente, hay sectas que simulan ser evangélicas y no lo son, o sea, no son reconocidas por ninguna organización o concilio. Algunas de estas son la Iglesia de la Unificación, más conocidos como "moonies", proveniente de Corea; hay otra que se autodenomina iglesia Universal del Reino de Dios de Brasil; el llamado Movimiento MCI de Colombia, el Grupo Good News Mission de Corea, también hay varias sectas proisraelíes, etcétera. La mayoría de estas sectas son empresas multimillonarias. Algunas fueron iglesias que comenzaron bien, pero poco a poco migraron hacia convertirse en una secta. Por supuesto que son peligrosas porque se consiguen una personalidad jurídica con mentiras para validarse, pero no son respaldadas ni siquiera por sus pares. Es decir, engañan al Estado con estatutos disfrazados. También son un peligro a la integridad física y síquica de los seguidores. Por ejemplo, engañan ofreciendo sanidades a diestra y siniestra, y siempre hay gente que lo cree. Sin mencionar los engaños económicos que son muchos, por ejemplo, cuando esconden el lucro de sus líderes. Todos reconocemos la libertad religiosa, pero que no se use este derecho para engañar con maldad.
-¿Qué tipo de impactos tienen las sectas en sus miembros y en la sociedad en general?
-El impacto físico y síquico, como decíamos antes. Algunos de estos grupos manipulan a sus voluntarios con prebendas, viajes, comidas, etcétera. Otras funcionan como estafa piramidal. Hace unos meses una secta llenó el Movistar Arena de seguidores y curiosos que fueron testigos de un ejército de voluntarios que iban persona por persona buscando contribuciones con máquinas de pago con tarjetas, y de paso dejando sus datos en esas maquinitas. En la sociedad, estas sectas engañan al Estado porque esconden sus verdaderos intereses en sus estatutos, recaudan para lucro personal, no pagan impuestos, eluden las visas de trabajo de sus supuestos "misioneros", afectando el orden social. Por esta razón la comunidad hace muy bien en denunciar a las autoridades los fraudes, engaños y manipulación sicológica de estos grupos.
-¿Cuáles son los factores que hacen a una persona unirse a una secta?
-Digo esto con mucho respeto por las personas que se unen a estas sectas: muchas veces de buena fe, creyendo aquellos relatos, o "comprando la narrativa" por inocencia o desconocimiento. Hay quienes se unen a sectas aprobando creencias extrañas y patéticas que siempre consiguen tener seguidores. Otros se unen también por necesidades personales en busca de alguna ayuda, muchas veces buscando que alguien se haga cargo de sus vidas, quizás debido a una frágil autoestima. Estas sectas se nutren de esa afirmación del inconsciente colectivo de que "tiene que existir una solución mágica de la noche a la mañana para problemas graves". Otros se unen a estas sectas millonarias por un interés material. El Evangelio de Jesús no es nada de eso, no manipula, no engaña, no hace falsas promesas, ni anda con secretismos, ni disfraces, ni buscar lucros fraudulentos.