Como Mesa Hábitat de la Comunidad de Organizaciones Solidarias queremos proponerle al lector y lectora que piense cuántos metros separan su casa de una plaza con áreas verdes y cuál es la calidad de ese espacio en cuanto a vegetación, accesibilidad, seguridad y equipamiento. Y, por último, ¿vive usted relativamente cerca de un terreno que ha sido consumido por las llamas? Si a la primera pregunta responde que a más de 4 cuadras, probablemente viva en el Área Metropolitana de la comuna de Valparaíso, ya que es la zona urbana de la región con menor porcentaje de población con acceso a áreas verdes (solo el 15,7% de sus habitantes goza de esta posibilidad). Si a la segunda pregunta responde que la calidad es baja, es probable que usted resida en Villa Alemana, Quilpué o San Antonio, las comunas que destacan por la baja calidad de sus espacios verdes. Y si contesta afirmativamente a la tercera pregunta es probable que usted viva en cualquier punto de la Región de Valparaíso, ya que somos una de las más siniestradas del país, donde quebradas, reservas naturales, ríos, humedales, y toda la biodiversidad -clave en la identidad territorial- están en completa desprotección.

Los estándares internacionales establecen estas medidas porque son elementos componentes de los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales (el Pacto Internacional DESCA, suscrito por Chile en 1969).

Según la OMS el acceso a espacios verdes urbanos tiene un impacto positivo directo en la salud física y mental de las personas ya que esa interacción puede disminuir la presión arterial y el estrés y, en general, contribuir al bienestar físico y emocional de las comunidades.

Son esas mismas comunidades, a las que les es arrebatado un bienestar comprometido por el Estado y que a veces son responsabilizadas del mal estado de la ciudad, las que recuperan y mantienen espacios públicos para la recreación y el encuentro como lo han hecho con la excárcel de Valparaíso, el Parque Natural Kan-kan de Viña del Mar, o el condominio Botania en Quilpué.

En el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza, las Organizaciones de la Sociedad Civil que trabajan por un hábitat acorde con el bienestar humano y que consideran necesaria la participación de la comunidad en las decisiones sobre su propio entorno, nos preguntamos: ¿los lectores y lectoras considerarán que la calidad del entorno se vincula directamente con la experiencia de la pobreza? Pensamos que la respuesta es sí. La comunidad es la que más sabe de su territorio y sabe que no es lo mismo vivir en cerros, cerca del mar o en la ciudad.

Mesa Hábitat

de la Región de Valparaíso

de la Comunidad de Organizaciones Solidarias