En Pasaje Textil temen que un proyecto altere la vida de barrio
Residentes de 7 Norte, en Viña del Mar, acusan que se trataría de un edificio de cinco pisos ligado a la Universidad de Valparaíso. Y alegan por la demolición de dos viviendas en esa área. Concejal Lues: "Afectará gravemente a vecinos".
Guillermo Ävila Nieves - La Estrella de Valparaíso
Durante buena parte del siglo XX, tanto Valparaíso como Viña del Mar se transformaron en grandes polos textiles del país, con presencia clave de inmigrantes expertos en el tema provenientes de Inglaterra, Italia y Alemania.
Solo en la Ciudad Jardín, hasta mediados del siglo pasado, cuatro eran las fábricas que la llevaban en el rubro: Gatry, tejidos de algodón; Sedamar, fábrica de sederías, Caupolicán, de tejidos, y Textil Viña.
"Yo abogo por este pasaje histórico: fue construido por los ingleses que vinieron a trabajar a la Textil Viña en los años 40": afirma Walda Arribada, representante legal de familias del Pasaje Textil y expresidenta de la Junta de Vecinos Quinta Rioja, quien revela que "nos enteramos por los alumnos de este nuevo proyecto. Estamos muy asustados de lo que va a suceder...".
Preocupación
Esto a raíz del eventual levantamiento del proyecto que apunta a un edificio de cinco pisos de la Universidad de Valparaíso, cuyas obras generarían complicaciones debido a la demolición de dos inmuebles, ruidos, polvo, maquinaria y trabajadores en el tranquilo Pasaje Textil, ubicado en la zona de 5 Oriente con 7 Norte, cercano al patrimonial e histórico Palacio Astoreca (La Paz 1301).
Lilian Navarrete Caballero cuenta que llegó a este pasaje cuando tenía dos años. Hoy a sus 60 primaveras, recalca, aquí siempre ha predominado el ambiente familiar entre los vecinos. "Es un barrio bastante tranquilo".
De allí que a Navarrete le cunda la preocupación. "Al ser intervenido por la universidad, esta vida de barrio desaparecerá".
Carmen Gloria Palacios nació en este pasaje. "Hace 70 años vivo aquí". Que demuelan "dos casas patrimoniales en perfecto estado" inquieta tranquilidad.
En cuanto a la posible edificación, Liliana señala que "no solo estamos preocupados por la demolición de dos casas que forman parte de nuestro pasaje, sino también de la seguridad: el ir y devenir de trabajadores, maquinarias, la bulla, el polvo y todo lo que conlleva una construcción". O el perder la paz y convivencia, asienta.
Walda Arribada agrega: "Es una muestra de autoritarismo, de no respetar el trabajo de la Secretaría Comunal de Planificación (Secpla) en 2016, que nos causaba tranquilidad de no demoler. Esto es zona de conservación histórica. Viene una universidad del Estado y borra con el codo lo que se escribió con la mano", alega.
René Lues, concejal DC, explica que esta construcción "afectará gravemente a un grupo de antiguos vecinos del sector por el deterioro urbano, el de sus viviendas y la inseguridad".
"Sin respuesta"
En sí, la Comunidad de Copropietarios, que se rige por un Reglamento de 1975, tiene 14 casas. Lues detalla que seis de ellas pertenecen a la Universidad de Valparaíso -con oficinas y talleres-, pero otras son viviendas familiares. Lues puntualiza: "En mayo del 2016 la municipalidad de Viña del Mar, a través del decreto alcaldicio N° 4.595, modificó el PRC (Plano Regulador Comunal) de la Población Vergara y allí se definieron algunas propiedades que rodean la Zona de Conservación Histórica del Palacio Astoreca, las cuales no podrían ser demolidas, que es lo que hará el proyecto".
El edil dice que en dos ocasiones ha consultado formalmente al municipio viñamarino para que se revise en profundidad, "sin respuesta hasta ahora".
Para María Adela Baeza, del Observatorio Ciudadano Viña del Mar, se trata de "una injusticia". Y enfatiza: "Todo el trabajo que se ha hecho por más de 10 o 15 años viéndolo con el plan regulador que eran barrios patrimoniales, ahora va a pasar lo mismo que lo ocurrido en el barrio Poniente, que hoy es comercial".
Cabe recalcar que estas viviendas tienen un carácter histórico del período de la Viña del Mar industrial: fueron construidas por Textil Viña para los ingleses que la administraban. "Cuando ese personal extranjero regresó a su país, las casas se distribuyeron a través de la Corporación de la Vivienda al personal chileno de la fábrica en 1975", acota el concejal.
René Lues hace hincapié en que le parecen positivos y necesarios este tipo de proyectos académicos, "pero espero que las autoridades universitarias los realicen dialogando y consultando a los vecinos para que, respetando las normas, no se afecte la vida de quienes adquirieron sus casas con mucho esfuerzo hace casi 50 años".