Los recientes acontecimientos de inseguridad son lamentables. La seguridad ciudadana es un deber esencial del Estado, según la teoría política de hace más de tres siglos y no una simple tarea. La crisis de seguridad actual no surgió de la nada y ha cambiado significativamente desde 2019 y es preocupante que la violencia se vuelva cotidiana.

Los parlamentarios deben legislar, generar consensos y avanzar en temas cruciales. La honorable Diputada del Frente Amplio, Lorena Fries, en carta al director sugiere corregir el rumbo del país con una política de Estado, sin ventajas políticas e invitando a la academia. Sin embargo, en 2024 ella misma criticaba a Carabineros por no disculparse por la "revuelta" de 2019, habló de "violación sistemática de derechos humanos", validando así la violencia y cuestionando a la institución encargada de la seguridad. También criticó una resolución de la Corte de Apelaciones de Santiago, afirmando que perjudicaba al país.

Según la Constitución, los órganos del Estado y sus integrantes deben someterse a las normas y garantizar el orden institucional. Atacar y desprestigiar públicamente instituciones no garantiza el orden institucional; lo erosiona, y hoy pagamos las consecuencias de aquella erosión.

Es positivo avanzar en la seguridad y que quienes validaron, fomentaron o defendieron la violencia, reconozcan la necesidad de actuar.

Antes de que sea tarde deben dejarse los dogmas ideológicos y pensar en los ciudadanos.

Jorge Gacitúa Muñoz

Académico Derecho Constitucional USS

Es lamentable pensar que a los 100 años que, con no poca preocupación, calculaba Martin Luther King Jr. en 1963, se le deban sumar otros 61 en los que el negro aún no es libre. Quiero hablar de un hecho reciente que no me deja de llamar la atención y que se suma a una severa ola de discriminación en el ámbito deportivo, me refiero a los cánticos de los jugadores argentinos.

Luego de la victoria de la albiceleste en la Copa América, los jugadores argentinos, quienes en su mayoría provienen de familias migrantes de distintas latitudes, aunque principalmente de Italia (Di María, Armani, Rulli, Tagliafico, Lo Celso, Carbono, etc.), empezaron una transmisión en redes sociales en la que, por medio de un cántico, se burlaron de los seleccionados franceses de familias migrantes. Este acto revela una triste ironía: aquellos cuyas familias fueron migrantes ahora discriminan a otros migrantes. Sobre esto, cae de cajón, a modo de recordatorio, lo que bien cantó Jorge Drexler "yo no soy de aquí, pero tú tampoco".

Durante estos días, los jugadores trasandinos involucrados han salido a declarar en su defensa y desvían el foco de atención. En realidad, lo que les molesta no es la migración, sino el oscuro color de piel de los migrantes, eso es lo que odian. Este comportamiento no es exclusivo de Argentina, se evidencia en Chile y en todas las latitudes. Estos actos públicos son flor y espejo de la ignorancia sobre nuestra historia y nuestro origen. Toman la forma de otro eslabón más en la interminable cadena de discriminación que bien refería el líder norteamericano en su histórico discurso.

¿Cómo podemos hacer frente a esta realidad? Hay que pensar más antes de hablar, sobre todo si eres una figura pública, hay que tomar la iniciativa y nadar contra la corriente de la discriminación y la ignorancia. Tal vez, lo que, de manera abrupta y con pasión imperante, demanda un verso de un gran poeta: debes cambiar tu vida.

Benjamín López Hidalgo

Docente PUCV