Marcela Küpfer C.

Ocurrió un domingo 22 de abril de 1973, en la capital. "Eran los tiempos en que la Raquel, la Eva, la Larguero, la Romané, la José Caballo, la Vanessa, la Fresia Soto, la Confort, la Natacha, la Viviana, la Bárbara, la Roberta, la Rossana, la Bernardita, la Marisol, la Griselle, la Peggy Cordero y la Gitana se reunían a conversar en la Plaza de Armas de Santiago. Charlaban de sus proletarias vidas y pernoctaban en la céntrica plaza capital". Así lo relata el periodista Víctor Hugo Robles en el capítulo "La primera rebelión", incluido en su libro "Bandera hueca: historia del movimiento homosexual en Chile", que acaba de presentar en una versión editada y actualizada.

Ese día ocurrió la que es también conocida como la protesta de "las locas del 73". Se trata de la primera manifestación pública de la diversidad sexual, donde un grupo de unas 25 personas homosexuales y trans realizaron una marcha para exigir sus derechos. La prensa de la época trató con franco desprecio y burla a los manifestantes, con titulares como "Colipatos piden chicha y chancho" (en el diario Clarín) o "Rebelión homosexual: los raros quieren casarse" (en revista Vea).

Pero para Víctor Hugo Robles, quien en su labor como activista LGBTIQ+ se ha hecho conocido con el nombre de "El Che de los Gays", este acontecimiento no es una mera anécdota, sino que marca el inicio de la lucha política de la diversidad en Chile, cuyos hitos recoge en este libro.

"Tiene un valor fundamental en lo colectivo, fue el hecho político más destacado en los últimos días de la UP y que no estaba presupuestado dentro de la revolución socialista del Presidente Allende", cuenta Robles, quien redescubrió este acontecimiento, que se había perdido en la memoria, tras largas horas de investigación en la hemeroteca nacional y a través de entrevistas a testigos y protagonistas del hecho.

"Treinta años después me conseguí una entrevista con Eva (la Medallita de la Suerte), ella organizó la primera protesta y ahí logré cerrar varias incógnitas. 'Bandera hueca' fue el primer libro que habló documentadamente sobre esta protesta y le dio valor político cultural e histórico a esta manifestación, que hasta entonces era un hecho anecdótico, casi como un juego que hicieron las chiquillas, pero a través de este libro fue posible politizarlo", explica.

El caso Divine

Así como la protesta de "las locas del 73", el libro de Víctor Hugo Robles recoge otros hitos del movimiento homosexual en Chile, que hoy en día se ha ampliado al concepto de diversidad sexual.

Aparecen allí controversias, legislaciones, casos emblemáticos -como el de la jueza Atala- y hechos trágicos como el incendio de la discoteque gay Divine, ocurrido el 3 de septiembre de 1993 en Valparaíso, que dejó una veintena de fallecidos.

Si bien en la época se asoció el siniestro con un atentado homofóbico, Robles recalca que se trató de una negligencia por parte de los dueños del local, que no contaba con las condiciones mínimas de seguridad. El incendio costó la vida a numerosas personas de la comunidad, sin que se lograra justicia para ellos.

"Los mismos dueños del local plantearon e inventaron la existencia de una camioneta, culparon a mujeres lesbianas de tirar una bomba molotov, incluso fue portada de La Estrella que recogía la denuncia que hacían los dueños, hasta ese minuto personas creíbles, pero todo eso se fue desmoronando. Aparecieron situaciones de estigma y discriminación en la morgue, fue una de las situaciones más sensibles que enfrentó el movimiento homosexual a nivel nacional e internacional", recuerda Robles.

Avances

Víctor Hugo Robles inició su activismo político en el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh), que arrancó su labor a inicios de los 90, recuperada la democracia. Hoy mantiene una "distancia crítica" con la agrupación, a partir de una controversia con el histórico dirigente Rolando Jiménez, la cual relata abiertamente en esta edición del libro ("me parece importante que se genere un diálogo", dice).

No obstante, más allá de eso, el periodista y activista reconoce los logros obtenidos por el movimiento de la diversidad sexual en Chile, a través de sus múltiples y variadas organizaciones, en los últimos 25 años.

"Han pasado muchas cosas, el movimiento ha seguido su trayectoria, su lucha, ha cambiado mucho, somos más y hay más conciencia, avances en derechos, leyes… Es el movimiento social que ha conquistado más derechos y leyes que cualquier otro. La primera conquista fue la modificación del artículo 365 que penalizaba con cárcel las relaciones sexuales entre hombres, en 1999", recalca. A ello se suman "la ley antidiscriminación que fue propuesta del Presidente Lagos y que demoró seis años, hasta que ocurrió el fatal crimen de Daniel Zamudio; la ley de unión civil, la ley de matrimonio homosexual, la ley de identidad de género…. No conozco ningún movimiento social que haya avanzado en tantas leyes de protección y debate público en cuanto a sus derechos", reafirma. Todos estos hitos son abordados en el libro.

¿Qué queda pendiente? Robles apunta a mejorar la ley antidiscriminación, creando una institucionalidad para ello; profundizar el cambio cultural; y "que las chicas trans tengan trabajo, este gobierno se comprometió pero no ha impulsado ley de 1% de cuota de personas trans en el aparato público, para que puedan trabajar dignamente y tengan otras opciones que no sea solo comercio sexual".