Fabian Cerna Mendoza - La Estrella de Valparaíso

Buses llenos, en mal estado, y que en ocasiones pueden tardar más de 30 minutos en pasar por los paraderos. Esa es la dura realidad que cientos de porteños sufren a diario con el servicio que presta la locomoción colectiva.

Las micros son importantes conectores entre los cerros y el plan de la ciudad y se constituyen en uno de los medios de transporte más utilizados.

Sin embargo, los usuarios de la región denuncian que el número de máquinas o las frecuencias han bajado considerablemente y en consecuencia las esperas son mayores lo que se ve reflejado en altas aglomeraciones en las paradas de buses.

Los usuarios señalan que la locomoción es pésima, hay muy poca frecuencia, y muchos tienen que esperar unos 30 minutos para que pase una micro, y para colmo, muchas de las máquinas en servicio están en pésimo estado, con los asientos resquebrajados, las barandas de seguridad sueltas y los timbres para solicitar la parada disfuncionales.

Muchos tampoco pueden optar por aplicaciones como Uber o DiDi, ya que no les alcanza el presupuesto

Katherine es vecina del cerro Los Placeres. Señala que debe salir con anticipación de su casa para dejar a su hija al colegio: "De la casa tenemos que salir a las 6.55 horas para llegar al colegio tipo 7:40. También lo hacemos para que mi hija no se vaya parada en el trayecto porque se llena muy rápido, eso también afecta a los mayores de edad".

Inseguridad

La imprudencia de los choferes también complica a los usuarios de la locomoción colectiva, principalmente por las velocidades a las que conducen pese a la solicitud de los usuarios para que bajen la velocidad.

"Es sabido que en la avenida España aceleran desproporcionadamente. Las micros además van muy rápido cuando van llenas, entonces uno también siente miedo en ellas. Está bien que todas las micros tengan cámaras de seguridad para vigilar lo que pasa dentro de la micro, pero estas nunca registran la velocidad en la que realizan su recorrido", señaló una de las usuarias.

Según el calendario del territorio nacional, este miércoles finalizó el período estival para dar la bienvenida al otoño, la puerta de entrada al frío invierno.

En ese contexto, según prevé el meteorólogo de la zona, Gonzalo Espinosa, esta temporada "será decisiva en cuanto a la aparición del fenómeno del Niño que está en su periodo de término para pasar a una normalidad y rápidamente aparecer nuevamente La Niña".

"Esperamos que se mantengan las altas temperaturas todavía en la zona interior, llámese valle, en la precordillera y cordillera, donde no es raro que las temperaturas sobrepasen los 30 grados. Esto va a traer consigo que se mantengan los días de vaguada costera en la costa", explicó el experto.

Asimismo, sobre los periodos de transición, este "va a ser muy breve", asegura Espinosa, ya que "vamos a tener rápidamente un cambio de temperaturas a mediados de abril, para comenzar a tener ya bajas temperaturas en el sector interior también y mantener una alta amplitud térmica, es decir, máximas muy altas y mínimas muy bajas".

Finalmente, en cuanto a las lluvias, "ya en mayo comenzarán las primeras precipitaciones del año, que van a ser escasas, pero violentas".

Cambio de hora

A los cambios en los termómetros, cabe señalar que existirán también cambios en los relojes: el próximo 6 de abril llegará el horario de invierno, ocasión en la que los relojes deberán retrasarse en una hora.