Caso Matías Orellana: capitán de Carabineros con arraigo nacional
El Juzgado de Valparaíso además decretó la prohibición de acercarse a la víctima y de manipular armas de fuego. Querellantes apelarán.
Disconforme confesó sentirse la parte querellante luego de que el Juzgado de Garantía de Valparaíso decretara ayer el arraigo nacional para el capitán de Carabineros Gino Arias, tras ser formalizado por el delito de apremios ilegítimos con resultado de lesiones graves gravísimas. Lo anterior, tras ser acusado de lanzar una bomba lacrimógena que le provocó una lesión ocular al joven de 26 años, Matías Orellana, en Valparaíso, el 1 de enero de 2020.
En la audiencia realizada este lunes, el tribunal porteño además estableció la medida cautelar de prohibición de acercarse a la víctima y de manipular armas de fuego. Desde la parte querellante, por parte de la familia del joven y de la municipalidad de Valparaíso, ya anunciaron que presentarán recurso de apelación, ya que habían solicitado la medida cautelar más gravosa.
Finalizada la audiencia, Gianni Fenelli, abogado querellante por parte de Juan Carlos Orellana, padre de la víctima, "teníamos muchas ansias de que este día llegara, en que dadas las investigaciones realizadas por la Fiscalía y una serie de pericias y de antecedentes que tenemos aportados a la carpeta investigativa, dan cuenta de la participación del imputado, de manera indubitada. Sin perjuicio de ello, lo más importante para nosotros es el inicio de esta causa en términos más formales ya, una investigación formalizada y, no obstante aquello, las medidas cautelares son discusiones que quizás a veces uno quisiera que sean más intensas como las que nosotros pedíamos, que es la prisión preventiva (...) a nosotros nos parece pertinente poder preparar un recurso de apelación (...)".
En tanto, Nicolás Guzmán, director de Asesoría Jurídica de la municipalidad de Valparaíso, remarcó que "quedamos disconformes porque desde la municipalidad de Valparaíso habíamos solicitado la medida cautelar de prisión preventiva y, en nuestra opinión, se acreditaban todos los supuestos del artículo 140 del Código Procesal Penal, incluida la necesidad de cautela, debido a la peligrosidad del imputado (...)".
Cabe señalar que como querellante también actuó el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH).
Mezcla de emociones
La víctima en esta causa, Matías Orellana, calificó las sensaciones que tuvo tras la formalización como "una mezcla de emociones". Asimismo, planteó que han sido cuatro largos años para llegar a este día. "En lo personal, tenía mucha ansiedad de que esto ocurriera, de que se lograra formalizar e individualizar a una persona (...) Cuesta igual entender qué es lo que tiene que ocurrir para que una persona tenga que tener prisión preventiva. Es decir, a mí me quitaron un ojo de por vida, desfiguraron mi cara de por vida, una persona en el ejercicio de sus funciones".