Emergencia se convierte en la segunda más letal del siglo XXI
Devastadora catástrofe está en los focos internacionales al clasificarse como una de las que más víctimas fatales ha dejado tras un incendio. A juicio de experto, la región "todavía no dimensiona" lo que esta tragedia significará en el corto, mediano y largo plazo.
Pasan los días y la cifra de fallecidos sigue, tristemente, aumentando de manera significativa (131 pérdidas según el último reporte del Servicio Médico Legal ayer al mediodía).
Y es que ha sido tal la magnitud de este siniestro producto de las víctimas que ha dejado a su paso, como también por la cantidad de hectáreas consumidas, que la emergencia ya se posiciona como el segundo incendio más letal del siglo 21, solo siendo superada por lo ocurrido en Australia el año 2009, fecha en la que las llamas cobraron la vida de 173 personas.
Con los focos internacionales puestos en nuestro país y la llegada incluso de medios de comunicación extranjeros hasta el territorio, el trágico hecho que aún sigue en desarrollo, se suma a otros desastres de carácter mundial, tales como el de Grecia en 2018, ocasión en la que 103 personas perdieron la vida, Hawai el año pasado con 100 víctimas fatales en la isla de Maui y Argelia en 2021, con cerca de 90 fallecidos. El escenario para el Gran Valparaíso, en ese contexto, es evidentemente desolador.
Y así lo reconoce Fernando Wilson, doctor en Historia y académico de la UAI: "En términos generales, Chile es un país que sufre catástrofes múltiples (…) Una situación así, y este desastre en particular, es solo inferior al desastre de 1906, al del terremoto y demolición de Valparaíso. Para esa fecha Viña del Mar era comparativamente muy pequeña, estaba básicamente concentrada en lo que hoy es el centro histórico de la ciudad, entonces, en ese sentido, esto por lejos es el peor desastre que ha presentado Viña del Mar en su historia", aseveró el profesional.
Falta estrategia
Sobre qué pasó durante este siniestro y qué falló, Wilson refiere que "lamentablemente, sobre todo con la experiencia del gran incendio del año 2014 en Valparaíso y del mismo incendio de Viña del Mar del año pasado, pareciera ser que estamos tomando medidas de orden táctico, de orden especifico, pero no estamos haciendo las intervenciones de orden estratégico general para generar las reacciones o las capacidades de reacción automática de parte de todos los recursos disponibles en esos momentos".
Y agregó: "A Bomberos, por ejemplo, no se le ha provisto de las herramientas tecnológicas para que pudiesen convocar recursos de otras regiones rápidamente, sin tener que pasar por autoridades, con esta burocracia… tenemos que reducir el número de teléfonos a los que debemos llamar".
En esa línea, y subrayando que estos desenlaces "Chile no los merece", la nación tiene que "comenzar a tomar medidas, pero ya no paliativas de carácter local, sino más bien de nivel estratégico y en ese sentido, Senapred puede ser un órgano de coordinación razonable, pero ciertamente tiene un camino muy largo que recorrer todavía en términos de adquirir capacidades y potenciales, en términos de presupuesto, pero, sobre todo, en número de personal, equipo y tecnología para poder efectivamente reaccionar".
Quinta categoría
Por otro lado, desde una perspectiva más técnica, Ezio Passadore, experto en protección civil y emergencias y director de la Sexta Compañía del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, los incendios, bajo criterio europeo, se clasifican en seis categorías, "siendo la categoría 5 y 6 las peores".
Bajo esta clasificación, a juicio del experto, la emergencia vivida este fin de semana sería de una categoría cinco dadas sus características: continuidad, velocidad, intensidad y simultaneidad.
"Ya estamos en presencia de incendios forestales de rápido desarrollo que terminan afectando a una gran extensión de territorio en pocos días y con lo que es peor, con el fallecimiento de muchas personas", explicó Passadore.
Considerando estas consecuencias, asegura el también director, es que los incendios "en las últimas décadas se han ido incrementando en lo que es la violencia, la rapidez de la propagación y la afectación a viviendas", panorama muy distinto a lo que se podía ver hace "25 o 30 años atrás", cuando "los incendios forestales tenían su desarrollo en el mismo lugar donde se originaban prácticamente, por lo menos acá en Chile".
A lo anterior, desde una mirada más reflexiva, el profesional asegura que la región "todavía no ha dimensionado" lo que esta emergencia conllevará en el corto, mediano y largo plazo.
"El impacto será nacional y va a estar al nivel de lo que fue, por ejemplo, el terremoto del año 1906, con tres mil muertos, es decir, un impacto duradero en el cual van a pasar décadas y se va a seguir hablando de este incendio, salvo que venga otro peor", finalizó.