Residencias artísticas y XII Bienal

Una bienal es una inversión de gran envergadura que compromete la visibilidad internacional de la ciudad que la sostiene. No solo son grandes exposiciones, sino una plataforma para inversiones en producción museal, en transporte, en seguros, en hotelería, galerías, coleccionismo, comercio local, publicaciones y ediciones, etc. Pero esto tiene éxito, a condición de definir su cometido; es decir, una bienal puede ser un acontecimiento de promoción internacional del arte nacional, pero también puede ser un factor de desarrollo local mediante la articulación de iniciativas de exhibición y de producción de residencias. Recientemente se han seleccionado los curadores a cargo de la Bienal, los cuales propondrán ciertas residencias.

Las residencias artísticas pueden funcionar como un factor de desarrollo local ya que promueve la visibilidad de los artistas locales, nacionales e internacionales, pero, sobre todo, instala a la ciudad como escenario de intervenciones recalificadas, destinadas a poner en relevancia las relaciones entre arte contemporáneo y cultura popular local. Existe una experiencia acumulada al respecto. Valparaíso ha sido el lugar de muchas "intervenciones". La Bienal de Valparaíso no sería una "intervención", que posee una connotación de una acción programada desde un afuera, sino una producción institucional concebida desde adentro vinculando un modo de hacer y entender las relaciones con las ciudadanías y el arte.

Las residencias artísticas son experiencias que ofrecen a los artistas la oportunidad de trabajar en un contexto de colaboración y horizontalidad con los territorios, con el objetivo de desarrollar creativamente formas de arte. Estas iniciativas conciben la obra más allá de la producción o la creación de objetos estéticos, buscan el desborde de las prácticas artísticas, entienden el arte como una producción de conocimiento colectivo y van instalando en los territorios de la ciudad una trama de relaciones en donde intervienen diversos campos del conocimiento en permanente construcción.

Su puesta en práctica contribuye al diagnóstico, con palabras de los propios actores, mostrando la representación que tienen de su territorio. Una relectura contemporánea del territorio, así como indagación en poéticas que ponen en crisis la noción de ciudadanía.

Es así como se trabaja en el fomento de la experimentación razonable; estudiando las formas arcaicas y más elaboradas de la cultura popular. Pero ello exige poner a la programación en su conjunto, bajo la presión formal de este objetivo metodológico articulador de imagen, de cuerpo y de palabra como un acelerador de los imaginarios locales. La XII Bienal de Valparaíso está ocurriendo con sus comunidades.