Nos encontramos en los últimos días de este año, pero en términos de telecomunicaciones, la mirada se encuentra en 2024.
Uno de los desafíos más importantes a nivel país y que aún se encuentra en deuda, es el de cerrar la brecha digital. Considerando nuestra accidentada geografía, alta concentración demográfica y la existencia de zonas remotas en que es muy difícil lograr conectividad, se trata de una tarea no menor.
Un ejemplo de propuestas dedicadas a este esfuerzo conjunto es la de Brecha Digital Cero, iniciativa de Subtel. Esta y otras similares se encuentran encaminadas en la dirección correcta, pero, de todas maneras, el aporte privado es fundamental para lograr la infraestructura y consolidar redes resilientes.
Se espera que para el año venidero las redes inalámbricas sigan consolidando su avance, en un contexto en que la conexión por cable sigue sufriendo permanentes percances, como, por ejemplo, el robo de cobre, afectando en muchos casos las conexiones por fibra, y la normativa que limita los llamados escombros aéreos.
Es importante desmitificar algunas creencias respecto de la velocidad que podría ofrecer una conexión inalámbrica, ya que incluso supera al cable, con 10Gbps y que no todo lo que es inalámbrico es satelital, que está muy en boga. A nivel empresarial la tendencia apunta fuertemente a las redes microondas.
Es un año de metas desafiantes, pero a nivel de tecnología y servicio, las telecomunicaciones inalámbricas muestran el camino para cerrar la brecha digital.
Víctor Opazo Carvallo
Gerente General de Netline