Con abstenciones se aprueba plan de drones
Ampliación del programa de televigilancia aérea causó tensión en el Consejo Regional por habilitación de sala de monitoreo en la gobernación.
Redacción - La Estrella de Valparaíso
Con polémica terminó la aprobación, en el Consejo Regional, del programa de televigilancia aérea en la región, que permitirá acrecentar y extender por doce meses la utilización de drones en materias de seguridad.
Diez consejeros se abstuvieron de aprobar el proyecto, que implica una inversión de $1.690 millones para aumentar de 6 a 8 los drones disponibles para vigilancia en la región y, al mismo tiempo, habilitar una sala de monitoreo en dependencias del Gobierno Regional.
Fue precisamente este último punto el que agitó las aguas. ¿La razón? Algunos cores argumentaron que esta nueva "sala espejo" duplicará las funciones de la que actualmente maneja la Delegación Presidencial en el mismo edificio; por otro lado, señalan que el gobernador regional no tiene las facultades explícitas para hacerse cargo de estas materias de seguridad.
"Con respecto a la votación de hoy (ayer), fue lamentable que la propuesta presentada no cumpla los estándares que se requieren para una inversión tan grande e importante para la región como lo es la sala espejo o sala de monitoreo, la que debería estar ubicada en otra instalación y no en el mismo edificio donde se encuentra la primaria. Esto para que tenga utilidad, eficiencia y eficacia. Por ejemplo, si ocurre un siniestro en el edificio automáticamente se bloquean las dos (salas) de inmediato, por lo que no cumpliría su rol de funcionar en emergencia", dijo la consejera regional Laura Acosta.
Si bien el presidente de la comisión de Seguridad del Consejo Regional, John Byrne, destacó que el proyecto de televigilancia aérea "es un gran aporte a la prevención del delito y contribuye con pruebas al Ministerio Público, y también a eventos de emergencias como incendios o contrabando con Aduana", lamentó que "el señor gobernador incluyó en el mismo oficio una sala de emergencia mal llamada espejo de la sala de control existente por una adicional en el piso 19 del mismo edificio. Como principio básico de seguridad, esta localización espejo debiera estar radicada en otra locación, idealmente fuera de la ciudad, ante una emergencia como el reciente incendio".
"Otra arista es la sobre la legalidad de esta sala", añadió Byrne, "ya que la gobernación no cuenta aún con atribuciones sobre la seguridad para operar esta sala espejo que conlleva gastos, contratación de personal y responsabilidades legales con las que hoy no contamos".
No hubo acuerdo
El consejero Manuel Millones argumentó que, en el marco del debate, "hicimos el reparo y objeción de que los drones no tienen cámara de lectura facial, lo cual se debe corregir, ya que la vigilancia aérea permite tener una cobertura de territorio importante y esa oportunidad debiese ser aprovechar para instalar cámaras con lectura facial y para ese objetivo se deben incluir en las bases esos requisitos".
Con respecto a la sala espejo en el piso 19, dijo que "ahora tendremos dos salas de control, una de administración de la subsecretaría y delegación presidencial, y otra a manos del gobernador regional, iniciativa que se podrá implementar una vez que se despeje si los gobiernos regionales pueden tener la competencia en seguridad como para estar observando las pantallas y asumiendo una función que aún no esta delegada (...) Se hizo una solicitud formal a los asesores del gobernador para separar los oficios de los drones de la sala espejo y esta última destinarla a una sala de crisis que no existe en la región, pero no se logró un acuerdo con el gobernador; de haber existido voluntad política pudimos tener unanimidad en la votación", agregó Millones, quien sugirió que el control de la vigilancia vía rones "la tome la prefectura aeropolicial que se va a instalar en Rodelillo con su base operacional, que es una zona segura y allí el Core perfectamente puede adquirir los equipos y Carabineros operarlos".