Editorial Bogavantes publica nuevos volúmenes
Las obas son "Las vueltas que da la muerte", del poeta Marcelo Charlin, y "En carne propia, crónicas rebeldes", de la escritoria Guisela Parra Molina.
Marcelo Macellari - La Estrella de Valparaíso
Dos novedades vienen a engrosar el catálogo de Editorial Bogavantes. La primera es "Las vueltas que da la muerte", de Marcelo Charlin, un poeta que es compañero de generación de Cecilia Vicuña y Claudio Bertoni, con quienes integró la Tribu No, grupo fundado a finales de los años 60. Este es el segundo libro de Charlin, después de "Noticia en desarrollo" y constituye un regreso a las letras después de muchos años de silencio y una biografía muy agitada que se calma en Valparaíso, donde fue académico de la UV. Vive actualmente muy quitado de bulla en el cerro Barón, en compañía de su gata Uki.
Marcelo Charlin (Santiago, 1945) ha publicado tres veces durante su vida: en 1968 en la revista El Corno Emplumado, en 1972 en la antología "Deliciosas criaturas perfumadas" y en el año 2019 el poemario "Noticia en desarrollo".
Si bien su obra es breve, logra construir una poética personal que en su singularidad dialoga con los poetas beats en la fuerza vital de sus versos y establece un delicado equilibrio entre humor y amargura, sinceridad e ironía.
Con "Las vueltas que da la muerte", el autor intenta quitar pesadumbre al tema de la parca, acercándose al epigrama, al aforismo, al microrrelato, para dar cuenta de las vueltas de la vida, el amor y la política.
Dinámicas de poder
El otro libro lanzado recientemente por Bogavantes es "En carne propia, crónicas rebeldes", de Guisela Parra Molina, que es una obra de autoficción, con un aliento feminista que a partir de relatos muy amenos de experiencias cotidianas y familiares, desmonta las lógicas de la violencia y el control machista y explora la sexualidad, los amores y desamores a lo largo de la vida de una mujer.
Guisela Parra es originaria de Concepción, pero vive actualmente en La Serena y se trata de una autora con una obra que la crítica ha descrito como robusta y coherente, entretenida y lúcida. "En carne propia, crónicas rebeldes" expone las dinámicas de poder y distorsiones naturalizadas con que se articula la sociedad, a través de un estilo irónico, coloquial, y a la vez intenso, crudo, usando muchas referencias intertextuales y siempre relevando la importancia de las palabras.
Los cuentos están clasificados en tres partes. "Manifiesto: ¿quién dijo que el viento se las lleva?" muestra el rol fundamental del lenguaje en el registro de dichas distorsiones socioculturales, pero también su relevancia en la construcción de vida.
En "Presagios onomásticos y otros vaticinios" se exponen problemáticas derivadas de estereotipos patriarcales y de clase, con sus efectos emocionales, psicológicos y sociales, como si fueran una maldición. Entre ellos, la presión social, la carencia, la culpa y el silencio en las mujeres y las madres; la discriminación, el abuso sexual y otras violencias hacia niños, mujeres, y personas cuya naturaleza, orientación sexual, circunstancia u opción vital sea diversa respecto de las convenciones sociales.
Finalmente, "Eros y Tánatos conectados en carpe diem" presenta experiencias, cambios y conflictos propios de mujeres que envejecen: la relación con el cuerpo, con la práctica sexual, con la maternidad, la perspectiva desde donde miran el presente, el pasado, la vida y la muerte. Es una mirada sin negaciones que, si bien no evade tristezas, dista mucho de ser trágica.