Francisca Palma Schiller

Cuando creíamos que los estafadores tenían, al menos, ciertos códigos para delinquir, como los de no dañar a menores de edad, lo sucedido al interior de la Escuela Enrique Cárdenas, en Reñaca Alto, Viña del Mar, viene tristemente, a comprobar todo lo contrario: los antisociales no tienen límites y mucho menos escrúpulos.

Entusiasmados por la Navidad y el término del año escolar, los apoderados del segundo básico del establecimiento educacional viñamarino, querían sorprender a los pequeños con un obsequio.

Pese a las dificultades económicas, las familias lograron juntar un monto importante -cerca de 200 mil pesos- para comprar regalos a los menores y así finalizar de buena manera el 2023.

Motivados, buscaron datos a través de redes sociales y dieron con una tal "Giselle", una presunta y "confiable" emprendedora de la zona y de Estación Central que ofrecía juguetes a un módico precio.

Tras analizar las propuestas de la supuesta comerciante, los apoderados optaron por comprar 18 proyectores astronautas -de referencia en la fotografía-, un novedoso aparato electrónico.

Hasta ahí, todo parecía ir bien. El depósito se realizó con éxito y la expectación era alta, sin embargo, al recibir el paquete, las esperanzas se derrumbaron rápidamente… Yenifer Olivares, tesorera del curso, recibió una caja llena de basura y zapatos usados. Insólito.

"Venían tres pares de zapatillas disparejas, todas rotas y una bolsa de género, tapadas", cuenta una conmovida y apenada Yenifer.

ENLACE vía rrss

Sobre el enlace entre los afectados y la estafadora, todo habría sido vía redes sociales.

"Hice la publicación a través de Facebook, a través de feria de las pulgas de Reñaca Alto y puse que necesitaba comprar 18 astronautas para regalos de fin de año; siempre la etiquetaban a ella como referencia y decían que era 100% confiable", relata la tesorera, quien señala que el colegio es vulnerable, por lo que esta situación nos angustió enormemente, ya que "nos costó demasiado juntar el dinero".

En cuanto a la explicación de la desalmada entrega, Yenifer señala que "cuando le dije lo de la caja, ella me dijo que le habían robado, que los de la empresa de la entrega se habían arreglado y fue persistente en su versión".

Tras fallidos intentos por resolver la situación e incluso coordinar para una entrega presencial, "Giselle" no llegó.

"Cuando le solicité la plata de vuelta, me dijo que yo era la ladrona", precisa la apoderada, quien asegura que finalmente la estafadora admitió los hechos e incluso se "burló" de lo sucedido.

Producto de lo anterior, y sin solución alguna, Olivares dejó una denuncia en Carabineros de Reñaca Alto a principios de esta semana.

Un mal año

Cabe señalar que este establecimiento educacional ha sido duramente golpeado este 2023: en septiembre, una plaga de ratones los mantuvo sin comida por cerca de tres meses.

Por todo lo anterior, quienes quieran cooperar con los alumnos de este recinto educativo, lo pueden hacer de manera presencial en la misma escuela (Calle Nueve #525, Viña del Mar) o contactándose al +56971507479.

Carabineros confirmó que efectivamente hay una denuncia ingresada y conforme a los protocolos, se envió a Fiscalía para su investigación.

18 pequeños, de segundo básico, se quedaron sin su obsequio de fin de año. Apoderados no bajan los brazos.

Por octava vez en lo que va del año, el Jardín Providencia de Valparaíso, ubicado en calle Rodríguez Alfaro, fue víctima de la delincuencia.

Según confirmó la directora del establecimiento educacional, el cual posee una matrícula de 276 niños, Gisella Beiza, los ladrones ingresaron a robar este lunes y martes. En ambas oportunidades, robaron lo que encontraron a su paso. "Estamos cansados", revela.

"Esta es la octava vez que nos ingresan a robar; anteayer -día lunes- nos habían entrado a robar ya y este semestre han sido cinco veces", cuenta agobiada la directora, quien se sincera: "Esto afecta la atención de los niños".

"Es súper complejo, porque por un lado están las manipuladoras que también sufrieron robo de sus pertenencias, sus ropas, los bototos de seguridad, y también está el tema de la alimentación; no son cosas de tanto valor, aquí hay directamente maldad", asevera.

En ese contexto, y esperando medidas por parte del sostenedor, "quien cerrará aún más el jardín como medida de seguridad", hace un llamado a ponerse la mano en el corazón.

"Estamos preocupados y los apoderados también, porque somos una red de apoyo para que ellos puedan trabajar, entonces estamos haciendo todos nuestros esfuerzos para seguir recibiendo a los niños", finalizó la directora.