EFE de nuevo
Como usuaria diaria del "servicio" de metro entre Quilpué y Viña del Mar, el caos de este lunes con los "ajustes operacionales" por la construcción de la estación Valencia no sorprende. Cerca de una hora de viaje en hora punta, viendo desmayarse a una joven por la falta de aire (lo que es más habitual en invierno por la calefacción al máximo sin pensar que uno ya parte abrigado desde la casa). Como siempre, la gerencia diseñando planes desde un escritorio sin conocer en persona la realidad indigna en la que transportan a miles de personas que optamos por el metro por tiempo y "seguridad".
Qué saca el gerente con adelantar por un medio de comunicación que el servicio demorará más sin contar con un real plan de contingencia. Si bien todo progreso implica ajustes, lo que molesta es la permanente postura reactiva y no previsora de la gerencia de EFE, tal como pasó con los dos accidentes en el cruce Quintero y Concón. La falta de empatía y de espíritu servicio es desmoralizante, al final, los usuarios quedamos a merced de una mente fría y calculadora, preocupada de los rendimientos y no de la inversión necesaria en mayor personal de seguridad y calidad del servicio, por ejemplo.
¿En qué idioma se le puede comunicar al gerente de EFE, para que entienda, que el sistema de ventilación de los vagones es insuficiente y desesperante, porque ni siquiera se puede abrir una ventana? ¿Qué saca con adelantar el servicio a las 06:00 cuando muchos usuarios entran mucho más tarde al trabajo? Al final uno es quien tiene que hacer el sacrificio de invertir más tiempo en desplazarse porque ud. no previno adecuadamente el caos que se iba a producir. ¿Qué saca con hacer un "monitoreo" y anunciar medidas de contención si ni siquiera sabe el pésimo servicio que está entregando EFE? ¿Qué irá a pasar con los usuarios de la estación Valencia cuando no puedan subir el tren por la sobredemanda que existe? Tantas preguntas que se podrían resolver viviendo la experiencia de usuario viajando en el metro y no detrás de un escritorio.
Marcela Coronado