Ascensores porteños: en la mira de la comunidad organizada
"La ruta de la fiscalización comunitaria" pretende no solo enseñar la historia y funcionamiento de estos emblemáticos medios de transporte, sino que transmitir a las nuevas generaciones que son más que una postal.
Fabiola Ávila - La Estrella de Valparaíso
Desde el año pasado la Agrupación de Usuarios y Usuarias de Ascensores de Valparaíso (ASCENVAL) ha venido realizando rutas que pretenden seguir maravillando a los visitantes y usuarios con los ascensores de Valparaíso, piezas patrimoniales que cumplen una función muy arraigada en la sociedad porteña como medio de transporte limpio, cómodo, económico y que entrega identidad a la gran ciudad puerto a nivel mundial.
Pero, más allá de una fotografía que puede recorrer el mundo en redes sociales, este grupo de personas ha querido generar espacios de trabajo colectivo e integrado con la comunidad, con el fin de mantener un grado de fiscalización sobre el estado de los funiculares, tal como lo señala el presidente de ASCENVAL, César Andrade.
"El año pasado y al principio este hicimos unas rutas con la idea de darle a conocer la gente el estado de los ascensores y nuestra visión, pero este año quisimos darle un giro, por eso se llama 'La ruta de fiscalización comunitaria' que hicimos este sábado 18 de noviembre, porque la idea de esta actividad fue, en este caso, invitar a un grupo scout porque ahí hay un tema que nos preocupa: que las nuevas generaciones, los niños, no conozcan los ascensores en realidad. Queremos menos postales y más realidad, pero la verdad es que las nuevas generaciones conocen los ascensores básicamente por fotos, por video, por lo que le cuentan los papás", relata.
Informe ciudadano
En la actualidad hay apenas siete ascensores operativos (de once en total) y por eso los vecinos han querido agregar a su cometido la fiscalización a la ruta, ya que han establecido que serán al menos cuatro veces en el año -dos veces por semestre-, durante las cuales elaborarán un informe público.
"Partimos con esta primera versión de la ruta con tres ascensores y después nosotros por nuestra cuenta, vamos a ir a todos para verificar el estado de cada uno y ese informe lo vamos a mandar a todas las autoridades y también a la Unesco", sentencia.
Fiscalización
El sábado 18 de noviembre, a muy temprana hora, los socios y amigos de los ascensores de Valparaíso realizaron el primer encuentro de la ruta de la fiscalización comunitaria en la plaza Waddington, del cerro Playa Ancha, y compartieron experiencia con 20 niños del Grupo de Guías y Scout Liceo Eduardo de la Barra, tal como lo señala Macarena Gómez, secretaria de ASCENVAL.
"Nos reunimos en plaza Waddington, recorrimos los ascensores Villaseca, Artillería y Cordillera, pudimos conversar también con vecinas y vecinos respecto a su estado de conservación, de lo emblemáticos que son para nuestra ciudad y lo necesaria que es su recuperación. Partimos nuestra ruta de fiscalización, con el objetivo de que las niñas y niños pudieran evidenciar el estado de abandono de nuestros ascensores".
La ruta se inició bajando por la calle Pedro León Gallo hacia la estación superior del ascensor Villaseca, detenido desde el año 2006, para después llegar a las espaldas del paseo 21 de Mayo por la escalera hacia Taqueadero. Ahí se pudo apreciar todo el plano de rodadura y la estación inferior del ascensor Villaseca.
Luego se continuó recorrido por el paseo 21 de Mayo hacia el ascensor Artillería, que también se encuentra detenido, desde 2021. Pasaron por el túnel bajo el plano de rodadura, para luego bajar hacia la plaza Wheelwright y seguir camino hacia el tercer y último ascensor de esta ruta, que fue recuperado y entregado a la comunidad este año: el ascensor Cordillera, que conecta la calle Serrano con el cerro del mismo nombre. Luego de subir por él se puso término a la actividad.
"Los ascensores se van deteriorando con el tiempo y son pocas la acciones que se han tomado para evitarlo. Con esta actividad iniciamos un trabajo de fiscalización ciudadana que busca registrar el estado de todos nuestros ascensores, para posteriormente entregar a la comunidad y a las autoridades y poder concientizar la urgencia de tomar acciones para tratar de revertir su daño", indicó.
En tanto, María José Binimelis, responsable del Grupo Guía-Scout Liceo Eduardo de la Barra, relevó la importancia que reviste este tipo de actividades para niños, niñas y adolescentes, no solo porque les enseña lo importante que es la conservación de patrimonio, sino que el lado B de lo que significa su mantención activa y segura.
"Lamentablemente pudimos ver también lo deteriorados y abandonados que están, lo que nos causó gran tristeza, ya que por su ubicación y la falta de otro medio de transporte, como las micros, pudimos imaginar de qué forma mejoraría la calidad de vida de las personas que por allí viven, ya que sería una alternativa para su transporte diario".
7 de 11 ascensores de Valparaíso están operativos en la actualidad.