El Decano roncó en Quillota y se metió en semifinales de liguilla
Santiago Wanderers dio vuelta la llave ante Unión San Felipe y mantuvo más vivo que nunca el sueño de regresar a la Primera División. En la siguiente fase, los porteños tendrán que medirse en duelos de ida y vuelta ante Deportes Temuco.
Era el momento para imponer jerarquía y Santiago Wanderers respondió a cabalidad. El Decano se repuso rápidamente de la caída de la semana pasada por dos a uno ante San Felipe y derrotó al equipo de Víctor Rivero por dos tantos a cero en Quillota, sellando así su paso a las semifinales de la liguilla de ascenso a la Primera División, donde enfrentará a Deportes Temuco.
Tras unos primeros minutos donde el nerviosismo se podía palpar en el sintético del Lucio Fariña Fernández, los verdes poco a poco fueron tomando las manijas del encuentro. En ese contexto destacaron las figuras de un corajudo Marcelo Cañete y un explosivo Lucas Cepeda, artífices intelectuales de los tantos que le dieron la el pase a la siguiente fase de la postemporada a los porteños.
El "chelo", de hecho, fue el primero en inquietar con un disparo que tras un rebote se fue desviado a los 12'. Más tarde, el canterano, que de hecho ingresó como titular debido a una lesión de última hora de Paolo Guajardo, intentó con un disparo cruzado de distancia que se fue un par de metros ancho de la portería sanfelipeña.
Eduardo Miranda mandó al tiro de esquina un peligroso tiro libre de Zederick Vega en la que fue la única ocasión de peligro de los visitantes a los 29', pero antes de que los del Valle del Aconcagua crecieran, el Decano anotó la diana que ayudó a descomprimir el ambiente.
Cañete hizo gala de su habilidad para sacarse a su marcador antes de habilitar a Cepeda, quien tras un primer centro fallido volvió a controlar el balón, esperó, se acomodó, y cedió para un Joaquín Zeballos que en plena área metió el pie y puso en ventaja a los caturros a los 32' del primer lapso.
Con la victoria parcial, el ganador de la llave debía determinarse desde los lanzamientos penales, pero Wanderers no estaba para sufrimientos.
Rápido desequilibrio
Francisco Palladino, técnico de los porteños, decidió mantener la misma oncena tras el descanso, fórmula que le resultó a la perfección, puesto que el Decano encontraría rápidamente la segunda estocada de la jornada.
Nuevamente Cañete habilitó a Cepeda, quien tras ganar línea de fondo sacó un centro que en el papel parecía inofensivo, pero que se le terminó escapando de las manos al golero Heredia, enviando el balón a su propia portería cuando recién se disputaba el segundo minuto del complemento.
El triunfo por dos goles de diferencia le daba la clasificación a semifinales a los verdes, pero todavía quedaban varios minutos por disputarse y los porteños ya habían sufrido con tantos agónicos en los epílogos de partidos importantes.
Por suerte para las aspiraciones caturras, ninguno de esos fantasmas apareció en Quillota, y mostrando una impecable labor defensiva, el cuadro wanderino mantuvo a raya a Unión San Felipe, despejando la pelota rápido ante la más mínima aproximación y dejando a su línea ofensiva atenta por si se presentaba la oportunidad de generar un contragolpe.
Antes del pitazo final, Miranda volvió a salvar al equipo enviando un balón a tiro de esquina en el último minuto de descuento. En el córner, los del Uní- Uní mandaron hasta al arquero buscando el tanto que mandara el cruce a los penales, pero el Decano no sucumbió ante la presión y mantuvo más vivo que nunca su sueño de retornar a Primera División.
"Donde nos toque jugar, que ojalá sea en Valparaíso, sabemos que la gente va a estar y que siempre va a ser un factor importante para nosotros".
Francisco Palladino