Fósiles chilenos regresan al país después de estudios en Argentina
Luego de una exhaustiva investigación en territorio trasandino, los fósiles del Chilesaurus diegosuarezi y el Burkesuchus mallingrandensis serán distribuidos entre los museos Nacional de Historia Natural y Regional de Aysén
Mauricio Toledo - La Estrella de Valparaíso
En una destacada colaboración científica y paleontológica entre Chile y Argentina, dos excepcionales vertebrados fósiles han regresado a su tierra natal marcando un hito significativo en la exploración y el entendimiento de la historia de la vida en nuestro planeta.
Estos hallazgos, que han sido meticulosamente examinados y estudiados en Argentina dada su riqueza y alto desarrollo profesional paleontológico, aportan valiosos detalles sobre la evolución de criaturas prehistóricas que poblaron el territorio hace millones de años, y abre un espacio gigante de posibilidades para seguir desarrollando paleontología en nuestro país.
Uno de los fósiles en cuestión es un cocodrilo primitivo llamado Burkesuchus mallingrandensis, que vivió hace aproximadamente 148 millones de años, y según se cree, fue parte de un gran ecosistema vivo en lo que hoy se conoce como Lago General Carrera, ubicado en la Región de Aysén.
El Dr. Manuel Suárez, académico de la carrera de Geología de la UNAB, sede Viña del Mar, destacó la importancia de este hallazgo: "Este es un cocodrilo pequeño, que vivía en tierra, comía animalitos chicos y medía unos 70 centímetros. Se ven poquitos fósiles, pero con ciertos fragmentos se puede reconstruir parte de la historia de la vida y eso es lo importante", señaló.
Según el profesor, el cocodrilo pertenece a un "holotipo", es decir, el espécimen original de una primera especie jamás antes reconocida del Jurásico Superior.
"Lo que encontramos fue una parte del cráneo, parte de la pierna y el brazo. Eso se encontró principalmente, y mediante la anatomía comparada pudo proyectarse este animal, para compararlo con otros cercanos y puede reconstruirse", explicó.
"La data de este cocodrilo es de unos 148 millones de años y fue lograda gracias a que, entre las capas sedimentarias con los fosiles, hay capas volcánicas, y las capas son las que se pueden datar en millones de años por métodos radiométricos. Eso nos permitió asegurar que es del Jurásico más alto, que se llama el Titoniano, el momento en el cual comienza la ingresión del mar en la patagonia.
El segundo fósil, un especimen de dinosaurio perteneciente al grupo de los terópodos, es el Chilesaurus diegosuarezi, enmarcado por cambiar la historia tras el debate sobre su posición precisa en el árbol genealógico de los dinosaurios.
David Rubilar, jefe del área de paleontología del Museo Nacional de Historia Natural, resaltó la trascendencia de estos hallazgos para la paleontología detallando al terópodo nacional:
"El Chilesaurus es uno de los dinosaurios más interesantes que ha aparecido últimamente. Cuando encuentras restos de dinosaurios, por ciertos elementos los conoces por anatomía comparada, que más o menos se pueden adscribir a ciertos grupos familiares de dinosaurios. En este caso, sigue siendo un tema de debate porque hay casi una docena de ejemplares y todavía no está bien posicionado dentro del gran árbol de los dinosaurios, y eso es atractivo", explicó.
El jefe paleontólogo también mencionó la importancia de estos hallazgos en el contexto de Sudamérica y su contribución a la comprensión de la evolución de la vida en la región, demostrando un potencial significativo en el campo de la paleontología, que incluso, se ha llevado dos portadas en la revista de ciencia más importante del mundo, la Nature.
"Hasta el momento, hemos descrito 5 especies de dinosaurios en Chile, y 2 de ellas han sido publicadas en la revista científica más importante del mundo, Nature: el Chilesaurus y el Stegouros elengassen. Esto subraya la trascendencia de la paleontología en esta región, y en este contexto, el papel de las universidades resulta fundamental. Cada vez que se logra un hito de esta magnitud, se despierta un mayor interés general y motiva a algunos estudiantes a dedicarse de manera académica a la paleontología. Aunque aún nos encontramos rezagados en comparación con otras potencias sudamericanas como Brasil y Argentina, lo que estamos descubriendo en Chile resulta fascinante, y el potencial de nuestra nación en este campo es inmenso, generando un creciente interés", expresó Rubilar.
"Cada vez que se descubre un fósil, especialmente de estas características, se contribuye significativamente al vasto conocimiento. Todos los seres humanos sentimos una profunda necesidad de entender nuestros orígenes, nuestras conexiones con nuestros antepasados y la forma en que nos relacionamos con otros seres vivos. La paleontología no solo satisface esa curiosidad, sino que también amplía nuestra comprensión de nuestras relaciones con el resto de los animales y otras formas de vida en la Tierra", añadió.