Incierto futuro del comercio en Condell: "Estamos sobreviviendo"
Despiadados robos, sensación de inseguridad y bajas ventas. A cuatro años del estallido social, así sortean el día a día los comerciantes establecidos de la céntrica calle porteña.
A cuatro años del estallido social, Condell se ve diferente.
Esos días de glamour, donde "era un lujo pasear por el centro porteño", con carteles relucientes y la visita de cientos de clientes, parecen ser solo un recuerdo que ya quedó en el pasado, pero que aún vive en la memoria de quienes, estoicos, se mantienen ahí, "sobreviviendo", según declaran.
Hoy, con más cortinas cerradas que abiertas, los locatarios recuerdan. Visiblemente emocionados, algunos con ojos llorosos, rememoran sus mejores tiempos y revelan cómo ha sido salir adelante: "Esta es mi fuente de trabajo; mi vida", recalcan en este nuevo aniversario de lo que fue el revuelo de aquel 18 de octubre del año 2019.
"La calle Condell está en una situación bastante crítica, la mayoría de los locales estamos sobreviviendo. Ya no es como antes, cuando tu tenías, por ejemplo, mayor cantidad de empleados o te proyectabas para poner una sucursal… hoy en día te alcanza para lo justo y eso ya es mucho. Lamentablemente la situación no se ve que se pueda revertir", reflexiona Héctor Arancibia, presidente de Comercio Unido, representante de calle Condell y locatario de 'Anaís', quien insiste en que "el futuro es bastante incierto para el comercio", en general, "de Valparaíso".
Ventas a la baja
Consultado por las ventas, Arancibia revela que "van en decadencia" y así lo confirman desde el local Blanca Nieves. Sus encargados aseguran que la clientela ha disminuido en un 70%.
"Las ventas vienen en decadencia y justamente por lo mismo, la inseguridad. La sensación de inseguridad en Valparaíso es muy grande. Nosotros, por ejemplo, hemos podido constatar en los STOP que realiza Carabineros que la cantidad de delincuencia o de tipos de delitos son muchos mayores en Viña que en Valparaíso, pero cualquier persona, si tú le das a elegir, prefiere irse a Viña del Mar por la sensación, por el estado en el que está la ciudad, las calles", detalla el representante de Comercio Unido.
Y como lo adelantábamos, así también lo refiere Giovanna Marín, encargada del local de Blanca Nieves de calle Condell.
"La gente casi no sale y si sale lo hace con temor. Acá como viene mayoritariamente gente mayor a comprar, ellos salen en la mañana, porque después de las tres de la tarde ya quieren estar en sus casas. Nosotros, por lo menos en este local, hemos tenido una baja del 70%", indica la encargada del local.
Quien agrega que, "antes era un glamour venir para este sector, teníamos de todo, para regodearse, mucha gente, pero ahora nada. Se han visto muchos cierres de local, mucha quiebra".
Robos tras robos
A este diagnóstico, lamentablemente, se suman los robos. Blanca Nieves, por ejemplo, fue víctima de un hecho delictual la semana pasada, ocasión en la que un grupo de antisociales quebraron las vitrinas para robar lo que pudiesen.
"Cerramos a las 18.20 horas y a eso de las 2.30 de la madrugada me llaman: nos rompieron las vitrinas; con un alambre muy grueso hicieron una especie de gancho y comenzaron a sacarnos todas las cosas. Calculamos que entre la pérdida de la vitrina y el vestuario, fue cerca de un millón de pesos", cuenta Giovanna, quien indica que "esa misma noche entraron a tres locales. No se trata de un caso aislado, se repite la situación. Calle Condell está mal".
De esta manera, a cuatro años del estallido social, el balance es compartido: "La situación es irremediable".