Francisca Palma Schiller

Entre el ruido de la plaza Waddington de Playa Ancha, utilizando una manzana entera, se encuentra uno de los recintos más queridos del cerro porteño: el colegio Santo Domingo de Guzmán.

Conocido por su evangelización y su calidad en la educación, ningún vecino de Valparaíso podría desconocer la importancia de este establecimiento educacional, comunidad que hoy está cumpliendo 100 años de historia.

Con un arribo en el año 1923 al cerro Playa Ancha a solicitud de los frailes dominicos, la propuesta siempre ha sido educar: no hay otro fin para ese espacio, aseguran sus directivos, quienes, con cariño, entregaron un balance de su centenario.

"Los dominicos se instalan en el cerro Santo Domingo -de ahí su nombre- y en 1860 los frailes se trasladan a Playa Ancha, donde, después de un diálogo con la familia Waddington, ellos le ceden, en el año 1923, estos terrenos para fundar un colegio encabezado por Fray Tomás Valle. Él, con la comunidad, se embarca en este proyecto de la formación integral de los alumnos", nos contextualiza acerca del origen, Fray Manuel Díaz, director pastoral, quien recalca que el propósito de la familia Waddington es que los terrenos no sean "para nada más que educar: los terrenos fueron cedidos para ese fin, no hay otro".

Convirtiéndose en el año 1956 en un recinto mixto y con algunos cambios en la administración, el colegio de carácter subvencionado ha llegado a ser lo que es hoy en día: una apuesta educativa con más de 870 alumnos, de pre-kínder a cuarto medio, y con una infraestructura digna de envidiar.

"Este es un colegio confesional cristiano-católico, pero tiene algo que le da mayor profundidad e identidad: es un colegio que pertenece a la orden de los frailes predicadores, los dominicos. El colegio está sumergido en ese carisma, que es la predicación; nos diferenciamos porque salimos de nuestra realidad, de nuestro colegio, nuestros conventos, a predicar la buena nueva de Jesucristo", destaca el Fray Manuel.

Relación con el barrio

Junto a la apuesta educativa, hay también una apuesta por la comunidad, por el querido barrio de Playa Ancha, revela su rector, Víctor Rojas.

"El colegio está en un lugar muy central de Playa Ancha y el proyecto educativo está centrado en las personas, que son los estudiantes y sus familias, pero para llevar a cabo esta misión tú la trabajas en contacto con otras comunidades", asegura.

Quien agrega que, "acá hay una relación muy directa con gente de la Armada, de las universidades, con Cruz Roja, Bomberos, el regimiento, es decir, hay mucho vínculo con el resto de la comunidad que está acá".

Complementando lo dicho, Fray Manuel añade: "Es un colegio confesional, entonces de alguna manera nosotros tenemos que responder a eso y a la necesidad de nuestra comunidad. Todos los domingos celebramos la eucaristía. Los vecinos vienen a ella, recurren a ello, así hacemos comunidad, nos contactamos con el exterior. La dimensión evangelizadora que tenemos es también desde la iglesia".

La educación superior

Si hay un punto que destacar en medio de la celebración de los 100 años, es el esfuerzo del cuerpo docente por convertir a los alumnos en excelentes profesionales. Llegar a la educación superior y "llegar bien", revelan los directivos, ha sido su mayor desafío, como también su mayor orgullo.

"Nosotros tenemos una movilidad social importante; la familia llega acá y logra que sus hijos continúen en la educación superior. Se hace un esfuerzo importante a nivel docente para que nuestros alumnos estén bien preparados; ahí es una combinación con las demás áreas: además de prepararlos bien académicamente, los formamos a ellos como personas; nuestro gran proyecto es que sean buenas personas", reflexiona Rojas.

Por su parte, para un emocionado director de pastoral, las familias "se proyectan y se abren a la esperanza de que sus hijos sean la primera generación que entre a los estudios superiores y lo logran y eso es, para nosotros, un resultado muy positivo".

¿ próximos 100 años?

Al momento de proyectarse para los próximos 100 años, Gabriela Lillo, directora pedagógica y encargada del ciclo de quinto a octavo básico, asegura que lo primero es mantener el carisma que hoy tiene el Santo Domingo: un colegio cercano, familiar, "donde es fácil encontrarse en el patio al rector, al director, al profesor, al hermano de, al hijo de".

Como también el seguir fortaleciendo este objetivo de "romper el círculo de la pobreza, el crear un Valparaíso, un Playa Ancha, con mayores oportunidades y creemos que la generación de nuestros estudiantes tienen mejores oportunidades y ellos generar oportunidades también para la sociedad".

870 alumnos forman parte del establecimiento fundado en 1923, recinto de carácter mixto y subvencionado.