Y se mantendría como uno de los requisitos para ser Presidente de Chile, tener cumplidos los 35 años de edad...

Junto a los otros requisitos, tener la nacionalidad chilena, tener derecho a voto y no tener penas aflictivas...

En resumen, hoy en Chile, a una persona que postula por ejemplo, para ser repartidor de huesillos en moto, se le exigen muchísimos más requisitos que a otra que postula para ser ni más, ni menos que el Presidente de Chile...

Preguntas...

¿Usted cree, por ejemplo que el directorio de una gran empresa, si requiriera contratar a una persona para ser el gerente general, se conformaría con exigir los mismos requisitos a los postulantes, es decir 35 años o más, tener derecho a voto y no contar con penas aflictivas?

¿O Chile en su conjunto, no podría ser asimilado como una gigantesca (y quedamos corto) empresa, con todo lo que lleva involucrado su quehacer diario, con todas las aristas de la vida misma, en donde se deben tomar delicadas decisiones, que afectan a toda la ciudadanía, y podríamos seguir, porque la lista es larga, y como tal debería ser obligación el tener en la gerencia general, a una persona que no solo tenga más de 35 años, pueda votar y sin problemas con la justicia, que sin lugar a ninguna duda son muy necesarias que las cumpla, pero en absoluto bastan para llegar a ser, ni más, ni menos que el Presidente de Chile en la forma y en el fondo?

¿Y los requisitos para ser el Presidente de Chile?

Luis Enrique Soler Milla

Este miércoles se aprobó por el Pleno del Consejo Constitucional la iniciativa "Estado sin Pitutos", en forma casi íntegra. Esta provenía de una iniciativa popular de norma que como Pivotes presentamos junto a Horizontal e Idea País.

Pero más allá de celebrar el contenido, el propósito de esta carta es valorar el aprendizaje que se ha generado en esta serie de esfuerzos constitucionales respecto al valor de la participación ciudadana. Una de las cosas positivas del primer proceso constituyente fue la incorporación de estos mecanismos participativos, a pesar de que lamentablemente no fueron incorporados al texto. Luego fueron recogidos en este segundo proceso y esta vez varias de ellas están quedando recogidas en las votaciones en comisiones y Pleno. Tal ha sido el consenso en torno a las bondades de la participación que el anteproyecto de los expertos incorporó un catálogo ambicioso de iniciativas de participación ciudadana, y casi la totalidad de ellas fueron mantenidas por los consejeros electos.

Tal parece que le hemos perdido el miedo a fomentar la participación de las personas como complemento de la democracia representativa, y no como sustituto de esta. Ante tanta noticia negativa en estos años de debate constitucional, esto es algo digno de rescatar y valorar.

José Antonio Valenzuela

Pivotes