En poco más de un mes comenzarán los Juegos Panamericanos en nuestro país. El evento deportivo más importante desde el Mundial de fútbol masculino de 1962, tendrá como sede a Santiago, congregando la mayoría de las disciplinas, sin embargo la subsede más importante será la región de Valparaíso, albergando eventos como el triatlón, el fútbol, el canotaje slalom y el handball masculino y femenino.

Justamente en esta última disciplina, el villalemanino Felipe Barrientos (39), exhandbolista, con una basta trayectoria representando a nuestro país y hoy coach de la selección femenina, comandará el devenir de Las Lobas en este desafío.

El proceso liderado por el exportero comenzó en enero 2021. En este periodo, no exento de dificultades, las muchachas ya han conseguido algunos frutos, como la importante clasificación para el Mundial adulto de la disciplina, que se disputará entre noviembre y diciembre en los países de Noruega, Dinamarca y Suecia.

En la previa a Santiago 2023, Barrientos evalúa en cuanto a las expectativas del equipo que "el objetivo es poder disfrutar. Estoy consciente de lo que es un evento de estas características y hay que disfrutarlo, entiendo la responsabilidad que significa ser locales y del rol que me toca. Que el evento sea en Chile es un privilegio, una motivación extra, y ojalá que marque un antes y un después, en lo cultural, deportivamente hablando".

En cuanto a la preparación, el técnico valora la confianza que han tenido en su trabajo, siendo parte de un proceso de varios años que le ha permitido desarrollar una estrategia a largo plazo que ya ha conseguido algunos frutos, como la clasificación a los mundiales junior y adulto de balonmano.

Al mismo tiempo, de cara a los desafíos de este segundo semestre, el equipo nacional ha tenido giras a nivel sudamericano y europeo. La más reciente fue en julio, cuando viajaron a Brasil a competir como antesala a la cita panamericana en octubre.

"Lo más destacable es que llegamos a Santiago 2023 dentro de un proceso de tres años, que ha tenido volumen de jugadoras, muchos entrenamientos, dándole cabida a la salud mental como algo clínico y deportivo. Ha sido largo, partimos con carencias, pero hoy nos encontramos en un muy buen momento", reflexiona el triple medallista panamericano.

Ser protagonistas

Las últimas actuaciones en los Juegos Panamericanos han sido bastante opacas para el balonmano femenino. En la versión de 2019 Chile no logró clasificar, mientras que en 2015, Las Lobas quedaron en el último lugar. La mejor posición ha sido el quinto puesto conseguido en 2011. "Es un desafío gigante para todas, y esperamos poder conseguir nuestro mejor puesto histórico", se plantea el técnico.

Chile comparte grupo con Puerto Rico, Canadá y Argentina. "Canadá nos dejó fuera del repechaje anterior y Puerto Rico, en los últimos juegos, estaba dentro de los primeros lugares. Estamos luchando contra la historia pero eso llega hasta un punto, ya que en la actualidad se debe hacer la mejora. Con Argentina nos conocemos un poco más pero la idea es complicárselo y ojalá alcanzar la semifinales", avizora el otrora cuidametas como objetivo.

Locales en Viña

El hecho de que la sede para el balonmano femenino sea en el Polideportivo de Viña del Mar, es valorado positivamente por el estratega oriundo de la zona. "Lo valoro con emoción. Soy de la región y estaré cerca de mi familia. En los Odesur, Viña demostró que es una plaza que repleta el recinto y creo que es una excelente sede" adelanta el villalemanino.

En esa línea, y ante algunas críticas que esbozó Marco Oneto en El Mercurio de Valparaíso ante el estado del recinto de la subida Padre Hurtado, el coach prefiere ser más positivo, considerando que aún quedan algunas semanas antes del inicio de la acción. "Imagino que estará todo arreglando, hay unas falencias pero las entiendo por la magnitud del evento y creo que estará en tiempo y forma para la fecha indicada. Esperamos que esté todo a un nivel profesional porque tenemos expectativas de encontrar un recinto de primer nivel", concluye.

Lucas Suárez Torres

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