Kiosko abandonado en cerro Mesilla es foco de incivilidades
Comunidad lleva un año solicitando su retiro al municipio de Valparaíso. Aseguran se ha convertido en urinario público y guarida de delincuentes.
Un urinario público y un escondite perfecto para los antisociales. Así definen los vecinos del cerro Mesilla de Valparaíso el kiosko que se encuentra abandonado en el sector, específicamente en la calle Paulino Alfonso, justo en la vereda colindante con el colegio Alberto Hurtado.
Es que lo que llaman "boca de lobo", es un espacio que se abandonó en tiempos de pandemia y que hoy, pese al paso del tiempo, sigue ahí, interrumpiendo, además, el libre tránsito de los peatones.
Así lo explicó el presidente de la junta de vecinos, Luis Rivera, representante de la comunidad que revela que hace más de un año se le solicitó al municipio su retiro, sin embargo, hasta la fecha, nada ha pasado. En ese sentido, pide celeridad, ya que "es todo menos un kiosko", adelantó.
"(El kiosko) está en una vereda que tiene tres metros de ancho y la vereda ocupa dos, es decir, queda un pasillo para los peatones y es importante mencionarlo, porque hay dos colegios cerca que tienen una gran matrícula, por lo tanto, transita mucha gente. Además, como tiene poca luz, uno pasa por el lado 'sale cogote', pasa por el otro lado, 'sale cogote', y lo han ocupado de urinario público, sobre todo en las noches", contextualiza Luis Rivera.
Sobre la cronología que llevó a este espacio al abandono, según explica el presidente, todo habría comenzado en el 2010.
"La antigua dueña de este kiosco, el año 2010 cesó su actividad comercial en la municipalidad y posteriormente se lo vendió a otra persona y el kiosko siguió funcionando por más de diez años, pero sin el permiso municipal correspondiente. Desde el año 2020, este ha permanecido cerrado", precisa.
Solicitud al municipio
En cuanto a otras fechas, Rivera detalla que "el año pasado la junta de vecinos solicitó a la municipalidad, a través de Desarrollo Económico, el retiro de este kiosco y ahí el municipio constató que este kiosco había cesado su actividad comercial el año 2010 y que estaba funcionando sin los permisos correspondientes".
Y agrega: "El 27 de abril de 2023, la directiva expuso en una audiencia pública ante el Concejo Municipal y aún no hemos recibido una respuesta".
Recopilando antecedentes y posibles respuestas, desde la administración comunal consignaron que la situación efectivamente está siendo revisada por el área de Desarrollo Económico.
En ese sentido, aseguran que los dueños del kiosko habrían decidido redimensionar el tamaño del mismo, con el fin de no entorpecer la vida del barrio.
Pese a lo anterior, la información no "le calzaría" a los vecinos, ya que quien sería el actual encargado del espacio no contaría con los permisos necesarios para su debida operación.