Guillermo Ávila Nieves - La Estrella de Valparaíso

Hasta hace unos días, la socia mayor tenía 82 años de edad. Conocida en el espectáculo como "Francis", Enrique Rojas falleció sin saber en vida lo que muchas claman desde hace décadas: una Ley de Reparación Trans del Estado.

"Sobrevivientes": así se llama el primer Club de Adultes Mayores Trans que agrupa a más de 20 mujeres trans, transformistas y otras personas no conformes con su identidad de género.

La idea se materializa hace un año al alero del Sindicato Afrodita de Valparaíso, organización que cuenta con 23 años y que reúne a ellas que han ejercido comercio sexual, en su sede ubicada frente a Caleta Portales.

Muchas están enfermas. Abandonadas. En el otoño de sus vidas. Pero aquí todo es solidaridad. Contención. Son "Sobrevivientes". Se denominan así porque de acuerdo a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la estimación de vida trans es de 35 a 40 años. "Y como acá son mujeres entre 60 y 85 años, en trabajo grupal acordamos que eran sobrevivientes a la violencia, la dictadura militar, la estimación de vida". Quien habla es Yesenia Alegre, académica y colaboradora en temas de género y sexualidad del Sindicato Afrodita. "Desde ese lugar las acompaño. Trabajo con ellas", enfatiza.

Desamparo y justicia

Una de ellas es la histórica transformista Pilola Polett, presidenta de "Sobrevivientes". Oriunda de la subida Santos Ossa, en Valparaíso, Ricardo Marín Abrazola de nacimiento, aclara, es el octavo de nueve hijos de padre panadero y madre lavandera. Criada por padrinos, a los 14 años, su vida daría un giro sin retorno: se fugó de casa para que familiares "no sufrieran" más. "Era mal visto que un niño tuviese condición distinta. A los cinco años lo supe. Nunca jugué a las bolitas, al volantín o el trompo". De allí sus pasos a la noche y la prostitución. "Muchos éramos de condición homosexual", acota Pilola.

Trabajó en casas de citas, como la Casa Amarilla, en calle Clave, o Los Siete Espejos. Luego en la boite Bossa Nova y el Hollywood, donde ejercía como animadora: "Yo anunciaba el show". Ya en tiempos de dictadura, junto a la popular Fabiola Taylor, iniciaron los domingos rosas. Y de allí al Circo Timoteo, por 35 años. Una vez fuera, se instaló con negocio propio. "Pero todo se fue a la cresta con la revuelta social y pandemia". Pilola Polett se reinventó.

Así que se dedicó a vender ropa. Eso hasta que, "me tiré de dirigente". "Por medio de Sandra Peña nos juntamos adultas mayores en el Sindicato Afrodita que ella dirige. Entonces a Sandra se le ocurrió que formáramos Sobrevivientes". Desde ese día, Pilola es su presidenta. "La seguridad jurídica la recibimos el año pasado".

Sin embargo, los recuerdos aún la atormentan. Antes, y de sobremanera, cuando vino el golpe de Estado, "nos dispersamos para todas partes". Corrobora que fueron perseguidas. Vulneradas. "El Estado nos debe una reparación histórica por tanto sufrimiento". Evoca cuando, no hace mucho, asistió a un homenaje que le ofrecieron en el Parque Cultural porteño. La emoción la embargó en la exCárcel, lugar donde "fui apresada, torturada, apaleada". "Nos llevaban detenidas por la ley de defensa a la moral y buenas costumbres. Se nos negaron derechos: nunca tuvimos acceso a la salud, la vivienda, educación. Era bullying".

Líneas de acción

Por eso "Sobrevivientes", recalca, "por el acoso, la transfobia y discriminación". Este grupo de adultas trans comparte experiencias. Y con ánimo de dejar un legado a la juventud, "que ahora sí tiene derechos, como debió ser siempre". En este sitio departen onces, dialogan, se comunican. Abrazan. Aclara que ellas, en su mayoría, disponen de un sueldo de 205 mil pesos. "Tenemos que pagar arriendo, comprar medicamentos, sobrevivir. El Estado debiera ayudarnos".

Al respecto, Yesenia Alegre comenta que en el Sindicato están trabajando en cuatro líneas de acción. No más violencia y exigir justicia para Claudia Díaz (integrante, asesinada el 10 de diciembre de 2022 en Cartagena). "Su causa es histórica: fue considerada un femicidio y desde ese lugar es el juicio". Otra línea es la memoria y derechos humanos. "Estamos levantando un archivo histórico y una demanda por violencia político sexual". La tercera línea: bienestar, recreación, "el envejecer con cuidados". Y por último, la salud trans. "Las consecuencias de transformaciones a sus cuerpos con atenciones de tipo hormonal. En especial, con el uso de la silicona industrial", dice Alegre.

También aboga por esa reparación histórica. "Levantar una demanda contra el Estado. Que se haga cargo de esta violencia política sexual antes, durante y después de la dictadura por ser mujeres trans. Y exigir una comisión de verdad, justicia y reparación para las disidencias sexuales invisibilizadas".

Para ello se basan en emular el trabajo hecho en Argentina. "Allá levantaron la reparación histórica. Es un proceso lento".

Pilola Polett reflexiona. Reclama un perdón público. "Pasamos por muchas cosas: nos basurearon y mataron", lamenta.