A 30 años de la tragedia de la discoteca Divine en Valparaíso
Esa noche, el voraz incendio cobró la vida de 16 personas y dejó 29 heridos. Un "montaje de sus dueños" dificultó la investigación por la verdad de un "cuasidelito de asesinato" que al final prescribió. Desde el Movilh, conmemoran hito.
Guillermo Ávila Nieves - La Estrella de Valparaíso
Era la madrugada del 4 de septiembre de 1993. Aquel espacio nocturno en el corazón de la bohemia porteña tenía un centro de gravedad para la comunidad de la diversidad sexual en la región (y el país): la Divine. Emplazada en una casona antigua de tres pisos, en calle Chacabuco casi esquina Uruguay, para entonces, la discoteca ponía la vara alta en sus propuestas de espectáculo.
Pero en cosa de minutos, se desencadenó el caos. Tras las llamas, el fuego y el humo, la tragedia envolvió a más de 70 asistentes. Adentro quedaron las pertenencias y las marcas de por vida de las personas que intentaban salir.
A partir de ese fatídico día, durante años, familiares, sobrevivientes y testigos vieron cómo la lentitud judicial diluía su intención de alcanzar a los responsables. La verdad.
Gracias a informes emanados por el Servicio Médico Legal y la Brigada de Homicidios de Valparaíso, se determinaron tres aspectos clave: el número, identidad y causas de los decesos. Los fallecidos, ascendieron a 16 y "no quedaron cuerpos o restos óseos sin identificar". De esos, 14 murieron carbonizados, uno por caída y otro por asfixia. En tanto, los lesionados en el expediente del Hospital Van Buren sumaron 14, pero otros 15 se atendieron de forma privada en Viña del Mar.
Alejandro Cid es actor y director de teatro. Reconoce que cuando él trabajó en La Divine, entregó -más adelante como testigo- detalles de toda su experiencia a Rolando Jiménez y al Movilh acerca de los empresarios del local de los cuales guarda aún la peor de las impresiones.
Cid repite que es un episodio que le afecta mucho. "Si yo hablo de esto es volver a abrir una herida. Volver a vivir la injusticia y la discriminación. Muchas cosas ingratas", respondió a La Estrella, mientras da cuenta que no le interesa profundizar "ni emitir más comentarios por respeto a las víctimas que aún no tienen justicia".
En contacto con este medio, Rolando Jiménez, presidente del Movilh, afirma que la pérdida de esas 16 personas, "marcó un hito en la historia del movimiento de la diversidad sexual". Y aclara: "Está claro que si los muertos no hubiesen sido homosexuales, la investigación habría llegado a puerto: se habrían asignado las responsabilidades; algo que se logró con verdad más adelante, solo gracias a Bomberos y los jueces".
Jiménez pone énfasis en que nunca más ninguna autoridad "señale la tesis del atentado" y que "jurídicamente no es así: no corresponde a la realidad. Es irresponsable", opina.
Atentado y verdad
A tres décadas, el Movimiento de Integración y Liberación Homosexual, Movilh, gracias a su III tercer informe Movilh Divine: la justicia que merecen las víctimas (2010), devela la cronología del caso.
En retrospectiva, seis días después del incendio de la discoteca Divine, el propietario, Nelson Arellano Arellano, presentó ante el ahora extinto Séptimo Juzgado de Valparaíso una querella criminal.
Representado por la abogada Soraya Apara, y respaldado por el regente de la discoteca, Arturo Masafierro, el propietario expresó ante el tribunal, así como en su querella y entrevistas, que el siniestro se había producido por un atentado homofóbico: descartó la posibilidad de undesperfecto eléctrico.
Mientras la idea de un eventual atentado se fue imponiendo a nivel público, el juez del Séptimo Juzgado del Crimen porteño, Jorge Gándara, destinó nulo esfuerzos para aclarar la veracidad de esa hipótesis.
Así, sin concluir las causas del incendio, ni delimitar ninguna responsabilidad, Gándara declaró cerrado el sumario el 17 de marzo de 1994 y el día 23 del mismo mes sobreseyó temporalmente la causa.
Tres investigaciones del Movilh -único organismo querellante del caso- logró reabrirlo en 2003.
El Caso Divine fue visto por cuatro jueces distintos. En 2006, familiares, el Movilh y sus abogadas llegaron a una conclusión: incendio había sido provocado por un sobrecalentamiento de los conductores eléctricos, lo cual derivó en la combustión de una de las hojas de una de las puertas de mampara que daban ingreso al local y tras la cual se ubicaba un tablero de electricidad. Esto sostenido por el Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Laboratorio Criminalística de Investigaciones y la Superintendencia de Electricidad y Combustible (SEC).
Luego y hasta el 2008, la magistrado del Segundo Juzgado del Crimen de Valparaíso, María Elena González, lo investigó. Ese año pasó a la jueza interina Sandra Ibáñez, hasta ser sobreseído definitivamente por la jueza Patricia Montenegro Vásquez a fines del 2009: aclaró que la causa del incendio se provocó por mala mantención eléctrica producido por un actuar negligente de los dueños del local, lo cual, resaltan en Movilh, hubiese derivado en el procesamiento de los dueños de la discoteca por el cuasidelito de homicidio.
Pero ello no fue posible por haber prescrito el caso penalmente. En boca de Rolando Jiménez: "Decirles a quienes perdieron la vida y sobrevivieron, que su historia, ya no será nunca más distorsionada".