Ilabaca expone su guía para entender Valparaíso
La muestra "Valparaíso para principiantes y moribundos" se inauguró ayer en el Museo Palacio Vergara. Próximamente será editada en un libro impreso.
Cuarenta escenas que cuentan una historia de la ciudad, o más bien, una guía para entenderla, son las que componen "Valparaíso para principiantes y moribundos", una obra del pintor Gonzalo Ilabaca que, a través de "páginas/cuadros" conforman un "libro/pintura" que, hasta el 26 de noviembre, podrá ser visitado en una exposición en el Museo Palacio Vergara de Viña del Mar.
Cada escena contiene una imagen pintada y un texto, también escrito con pintura, de autoría del propio Ilabaca, con una reflexión sobre Valparaíso. Esta serie se publicó el año pasado en La Estrella, en la página final del suplemento El Rayo, y muchos lectores la coleccionaron. Ahora se exhibe en el formato de una exposición de arte y, próximamente, aparecerá como libro impreso, a través del sello Ediciones Universitarias de la PUCV.
-¿Quiénes son para ti los principiantes y los moribundos? ¿Y por qué necesitan una guía para entender la ciudad?
-Cuando, a partir de fines del siglo XX y comienzos del XXI, comenzaron a aparecer la construcción de varios y grandes edificios en los cerros porteños, algunos de ellos en mi barrio de Playa Ancha, se encendió en mí una alarma de un daño irreversible en la geografía del anfiteatro, porque perdíamos la vista a la bahía y la luz solar que son el gran aliado de los porteños. Esa alarma aumentó más aún con el nulo uso del borde costero, su mejor espacio público, cerrado con alambre de púa. Entonces mi interés por la vida porteña, sus bares, sus personajes y sus historias cambió de dirección y le di mucha más importancia a la ciudad que a sus habitantes: al urbanismo, a su patrimonio y a la fragilidad de este. Así, viendo su historia antigua y contemporánea, comprendí mejor el porqué de la decadencia de Valparaíso y me di cuenta que las conclusiones de mi aprendizaje no tenía nada que ver con lo que los porteños en general decían de la decadencia. Ellos hablaban y hablan, hasta el día de hoy, que la decadencia son los perros callejeros, el comercio ambulante, los grafitis y la inseguridad. Y todo es cierto pero eso no son las causas, sino los efectos, y que las causas estaban en el nulo urbanismo, en la indolencia e intereses particulares de las autoridades, instituciones y gremios y en la ausencia del Estado. Entonces decidí pintar y escribir al mismo tiempo esta guía práctica en forma de libro/pintura, como para que cualquier persona -incluso los niños- pudieran entender esta decadencia, haciéndola muy nítida y más atractiva con lo mío que es la pintura. Al principio se iba a llamar "Valparaíso para principiantes", pero después, más frustrado con todo lo que está pasando, le agregué la palabra moribundos.
-Este conjunto de obras ya fue publicado en La Estrella, ahora se exhibe en una exposición de pintura y prontamente saldrá en formato libro. ¿Qué posibilidades encontraste en estas diversas plataformas?
-La pintura es un oficio solitario de taller, ¿cómo hacer que ella también eduque más allá de la estética? El formato de este libro/pintura me permite entrar en la cultura del hábitat. Por eso me pareció maravilloso que durante 40 sábados aparecieran las 40 pinturas a página completa de La Estrella de Valparaíso contando esta historia crítica de nuestra ciudad(...) Exponer además en el Palacio Vergara de Viña del Mar es un lujo porque la restauración y la colección de pinturas que hay ahí y el trato de su gente es realmente de primer nivel. Y todo esto se cierra con el lanzamiento de un libro en papel de este libro/pintura, que editará prontamente la Editorial Universitaria de la PUCV, lo que cierra perfecto este ciclo.
-"Valparaíso...", así como "El libro del hambre", son "páginas/cuadros", donde combinas lo visual con lo textual. ¿A qué responde la creación en este formato?
-Soy un pintor que le gusta leer y que le gusta escribir sin ser escritor. Eso es una gran ventaja. En la combinación de ambas disciplinas he encontrado un placer adicional y una inspiración que me da energías. Las mismas energías cuando un minero en una cueva solitaria encuentra una veta de metal precioso.