A 6 años del crimen de Vania Zúñiga familia sigue clamando justicia
El lunes se cumplió un nuevo aniversario del asesinato de la joven de 27 años, cuya vida fue arrebatada en Viña del Mar. Aún no hay imputados por su cruel homicidio que ocurrió cuando la víctima se hallaba junto a su hija.
Seis años de un dolor que no cesa y que se multiplica al pensar que aún no existen imputados por el crimen de su hija, experimenta cada día la familia de Vania Zúñiga Lattapiat, joven que fue asesinada el 28 de agosto de 2017 en Viña del Mar. Desde el primer día los cercanos a la joven de 27 años han sospechado de su expareja, quien actualmente se encuentra en prisión por otra causa, pero hasta ahora no se ha podido vincular a Daniel Ortega Miranda con el crimen.
Precisamente la lentitud en las indagatorias para establecer responsabilidades en la muerte de Vania y la imposibilidad que ha tenido la Fiscalía para imputar el crimen a alguien es la gran crítica que hace el padre de la joven, Iván Zúñiga, en el contexto del sexto aniversario de la muerte de su hija.
Con una voz que denota evidente tristeza y que a ratos dificulta continuar su relato, este padre asegura que " desde un principio, que mi hija fue asesinada brutalmente, no hubo empatía de las policías ni Fiscalía (...) No hubo voluntad pasra investigar la muerte de mi hija, eso es lo peor de todo", lamenta, junto con reflotar el cuestionamiento a los cambios de fiscales que recuerda hubo al inicio de la investigación, algo que enfatiza, repercutió negativamente en el caso.
Cada vez que se acerca el aniversario de la muerte de su hija, este hombre de 63 años reconoce que se siente emocionalmente más vulnerable. De hecho, el solo observar noticias en los medios de comunicación lo hace reflexionar, dice. "Yo veo noticias, me conmueve, lloro (...) Para el que tiene dinero hay justicia, eso es lo que me molesta de este país, no hay justicia verdadera ", recalca.
Asimismo, cada vez que han solicitado información sobre el avance de las indagatorias, asegura, no escucha nada nuevo. En ese sentido, señala, "es darse vuelta en lo mismo (...) creen que hablan con un cabro chico, que nos engañan, nunca hay avances".
Por su nieta
La hija que Vania tuvo con Ortega, quien fue objeto de denuncias por violencia intrafamiliarde en contra de la joven, tenía un año y 6 meses cuando su madre fue asesinada. Actualmente, es seis años más grande pero aún sigue siendo una niña pequeña. La menor, crece junto a Tamara, una hermana de Vania, quien tiene su tuición. Muy cerca de donde viven está el domicilio de Iván, quien como abuelo amoroso apoya la crianza de la niña para lograr la tan necesaria contención para una niña que perdió a su madre.
Así vive actualmenteel núcleo cercano de Vania, apoyando a su hija menor y su otro hijo varón, que perdió a su madre con solo 4 años y medio. Compatibilizando aquella dedicación, el padre de la joven no pierde la esperanza de que la investigación avance y de una vez por todas se logre tener la esperada formalización. "Espero que antes que me muera yo, se sepa la verdad. Ya tengo 63 años y quiero llegar a la verdad", finaliza, con voz entrecortada, Iván Zúñiga.