"Santander, 1936"

Álvaro Pombo es uno de los escritores españoles más importantes de la segunda mitad del siglo XX. Si bien en el comienzo de su vida literaria incursionó en la poesía, alcanzó el estrellato bajo su condición de narrador, siendo galardonado con el Premio Herralde por su novela El héroe de las mansardas de Mansard.

Cuando el año 2004 ingresó a la Real Academia Española, pronunció un discurso en el que plateaba dos grandes hipótesis: por un lado decía que la idea de verdad es relativa al razonamiento; mientras que por otra parte sostenía que la verosimilitud le compete exclusivamente a lo narrativo-contemplativo. Ambas afirmaciones, debatibles por cierto, generaron confrontaciones teóricas que traspasaron el fenómeno de la literatura.

Álvaro Pombo es un escritor que suele emitir juicios polémicos. Comentarios sobre Franco y Pinochet lo han llevado al banquillo de los acusados, además ha dicho que su condición sexual lo convierte en un sujeto político de por sí, más allá de cualquier proclama ideológica: "Yo lo que fui y lo que soy es homosexual. Más de izquierdas que eso no hay".

"Santander, 1936", su nuevo libro, es una ficción familiar sobre la Guerra Civil Española. En tiempos literarios en los que abunda la distopía, el delirio y el terror, el escritor europeo apuesta por un texto realista en el que, desde una fractura familiar, se narra un parte importante de la historia del siglo XX.

El protagonista de esta novela es Alvarín, un joven de ideales fascistas que, admirador de José Antonio Primo de Rivera, decide afiliarse a la Falange Española en 1934. Por el contrario, el padre de Alvarín, Cayo Pombo, es un hombre de izquierda que ve en la República una forma de comunidad. Hay un enfrentamiento familiar en el que lo íntimo habla de lo público, es decir, la estructura padre-hijo expone el quiebre de una sociedad. Bajo la premisa de que nada es íntimo y de que todo es político, asistimos a una novela de puertas cerradas que, en todas sus dimensiones, expone vértebras, heridas e historia.

La forma de la novela es aristotélica. Tiene una estructura de inicio, desarrollo y final, con un fraseo largo en el que todo está construido sobre ideas concretas. En estos tiempos literarios en donde se intenta ser conciso e ingenioso, Pombo vuelve al texto clásico y convencional.

Estamos ante un ejercicio familiar en el que conviven conceptos freudianos con ideas político-sociales. Esta dialéctica, sumada a una burguesía en decadencia y y a un Álvaro Pombo que regresa a las raíces de su pueblo, nos entregan un puzzle narrativo que resulta urgente y necesario de leer.