Ecoansiedad: desesperanza ante los cambios medioambientales
Aún no es considerada una enfermedad, sin embargo este nuevo trastorno sicológico está presente en muchas personas, especialmente en jóvenes, niños, niñas y adolescentes. Con el tiempo, se puede volver crónico y afectar la vida cotidiana, explican expertos.
Incendios forestales en Grecia, olas de calor en el hemisferio norte, deshielos en la zona Antártica, son noticias que vemos y escuchamos a diario y que dan cuenta de un fenómeno que se creía lejano pero que sin embargo está aquí y lo evidenciamos día a día: el cambio climático, un proceso que se muestra a ratos irreversible y que da muestra del deterioro del hábitat natural que favorece la vida en el planeta.
Ante este desesperanzador panorama ha aparecido en los últimos años un trastornos sicológico propio de la era: la ecoansiedad, presente en muchas personas sobre todo aquellas más sensibles con los temas medioambientales y que, por lo mismo, suelen ser, en su mayoría, niños, niñas, adolescentes y jóvenes que manifiestan una especial preocupación por estos temas.
Fenómeno extendido
El 89% de la población en Chile se considera "muy preocupada" sobre el futuro incierto de la crisis climática, según un estudio del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2).
Este análisis reveló que la ecoansiedad es un problema sicológico real que se manifiesta en nuestro cuerpo y mente. Si bien no es un término muy conocido pronto nos familiarizaremos, porque son sentimientos similares que están expresando distintas personas de todo el mundo, en los últimos años, frente a la sobreexposición de mensajes catastróficos respecto al clima.
El sicólogo ambientalista de la Universidad de Santiago, Gabriel Prossr, describe este sentimiento de angustia como "una sensación de que no se puede hacer nada a nivel personal".
Este trastorno sicológico se manifiesta tanto en las alteraciones del sueño de las personas como en cuadros de ansiedad e incluso puede desencadenar una crisis de pánico producto de la desesperanza de que el mundo pudiera llegar a su fin.
Según el académico, algunos consejos para enfrentar este estado de preocupación es que "tenemos que conocer aquello que nos preocupa"; esto significa informarse con expertos, porque existen creencias erradas respecto al tema.
Sugiere además seguir aquellas páginas de organizaciones que actúen a favor del clima, como también conocer las posibles soluciones individuales y colectivas para aportar con actos positivos a enfrentar la crisis global.
No obstante, recalca Prosser, es importante mantener una comunicación esperanzadora entre nuestros círculos cercanos como amigos y familiares, como también abrir espacios de reflexión; por ejemplo, visibilizar las cosas positivas que se están haciendo por el planeta. Además, el experto recomienda que para enfrentar el estado de ecoansiedad se debe tener espacios de acercamiento y en constante contacto con la naturaleza.
Felipe Rodríguez, docente de la Escuela de Psicología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y magister en Psicología Clínica coincide en que el concepto si bien es reciente se asocia a un estado de desesperanza ante el cambio climático.
"Tiene la característica de que esta ansiedad, este temor surge frente a la sensación de que todos estos cambios son imposibles de detener o de cambiar y esto termina generando un temor bastante importante pues podríamos entenderlo como un temor a la pérdida de la vida en el mundo como la conocemos", planteó Rodríguez.
En cuanto a la prevalencia del trastorno, el docente sostiene que se observa en la población más joven: niños, niñas, adolescentes y adultos jóvenes. "Si uno piensa hace algunos años comentábamos a nivel social que los fenómenos de cambio climático eran fenómenos que iban a ocurrir en el futuro, veíamos la peligrosidad de esto en muchos años más, pensábamos que iban a ser fenómenos que iban a afectar solamente a las nuevas generaciones pero en realidad hoy día lo vemos y vemos que estamos viviendo las consecuencias de estos fenómenos hoydía" , acotó.
Si bien Rodríguez coincide en que las manifestaciones de este trastorno son diversas desde sintomatología ansiosa leve, problemas de sueño, etc., a su juicio lo más predomianente es esta sensación de desesperanza frente al futuro.
"Esto es bien significativo porque la ansiedad cuando es muy elevada tiende a tener un efecto más bien paralizante, entonces en vez de aumentar nuestras ganas y energías en generar cambios para ayudar a mejorar estas condiciones, en general las disminuye", puntualizó Felipe Rodríguez quien resaltó que la ecoansiedad no sólo puede surgir frente a la experiencia directa del cambio climático sino que también a partir de la exposición frecuente a noticias, imágenes e informaciones.
Es importante aclarar que hay un trastorno similar a la ecoansiedad llamado solastalgia, el cual se diferencia de la primera porque es una alteración psicológica que se produce en las personas tras la vivencia de cambios destructivos en su entorno, ya sean consecuencia de actividades humanas o del clima.
89 por ciento de la población en Chile se manifiesta "muy preocupada" por la crisis climática.