¿Qué piensan los defensores del poliamor?
Alumna universitaria desarrolló trabajo sobre este tema vinculado con esta otra forma de relaciones afectivas y plantea las diversas aristas de la situación.
Mauricio Córdova - La Estrella de Valparaíso
Los tiempos cambian, y con ellos la sociedad y las instituciones. Por siglos se ha tomado como núcleo de la sociedad a la familia, entidad básicamente conformada por un matrimonio, integrado por una pareja heterosexual e hijos. Sin embargo, en las últimas décadas en nuestro país, junto con todos los cambios que implica la incorporación de la diversidad como nueva característica social, surgen otros conceptos de lo que podemos entender por familia.
Uno de los que irrumpe en algunos grupos y que genera polémica es el de "poliamor".
Sobre este tema versó un trabajo de un taller de desarrollo personal de la carrera de Psicología de la Universidad Santo Tomás de Viña del Mar, de la alumna Carla González.
De acuerdo a lo que explica Carla, "en este trabajo pretendo abordar un tema poco desarrollado en la sociedad, relacionado con la complejidad de los sistemas relacionales y cómo estos enfrentan la hegemonía del modelo monógamo, el cual se rige por un ideal patriarcal. Obviamente que esta es una alternativa, que no es algo para todos, pero que existe, que es una realidad y que muchas personas lo practican, por lo que debe respetarse".
Agrega Carla González que "se están dando a conocer nuevos modelos de relaciones, como el poliamor, que irrumpen en el estilo de vida de aquellos que siguen modelos más conservadores y que buscan explorar otras alternativas de convivencia con dos o más parejas o vínculos amorosos. La actualidad y el complejo escenario socioeconómico social, abre las puertas a cuestionar modelos denominados 'fundamentales' para la población, tales como el sistema económico, la religión o sobre las relaciones interpersonales en sí, siendo en este último punto en el cual nos enfocaremos".
"La presencia de una población cansada, con poco tiempo y con un alto grado de frustración, nos evidencia que la búsqueda de opciones se debe expandir a nuevos horizontes. Podemos justificar lo anterior, con un ejemplo simple; más personas, más tiempo y más dinero", dice.
Para González estos son los siguientes puntos que refuerzan su tesis: "En primer lugar, la familia en la actualidad tiene un carácter más de título social, que da un ideal de representación sociocultural. Por lo que tomando ello como una realidad en el entorno, podemos evidenciar hechos que nos presentan que la monogamia y por consiguiente el proyecto relacional que plantea - en sus estatutos, tales como una vida compartida o al menos gran parte de esta- una sola pareja sexual por ese periodo. Esto hoy, creo en muchos casos, no se respeta y, más aún, se intenta vislumbrar un modelo de conservacionismo mono relacional, con tintes de un 'progresismo social', en donde las partes se separan y forman relaciones de forma seguida, comúnmente llamado 'monogamia en serie' o se intenta mantener relaciones monógamas estables, con una serie de infidelidades, que intentan ser encubiertas para mantener la cortina de una apariencia social 'aceptable', tal como lo plantea el autor Conley en un estudio de hace una década".
Plano socieconómico
"En segundo lugar, en un enfoque más práctico que podemos agregar, e inclusive, menos 'cuestionable' desde un punto de vista objetivo, son las posibilidades que una relación de carácter no-monógamo abre a sus participantes en el plano socioeconómico. Con relación a lo anterior, una socióloga reconocida, nos expone que el abanico de posibilidades, tanto en la repartición de los tiempos de crianza de un menor, la capacidad de ahorro de un mismo núcleo, la permanencia de vínculos luego de una ruptura, entre otros, pueden ser considerados, bajo el sesgo de un enfoque 'tradicional' como mucho más beneficioso que para lo que una familia aspira a ser. Esto lo plantea la autora Sheff, en una investigación del 2019, 'Apuntes sobre poliamor. Una guía para comprender a las personas poliamorosas'".
"Lo anterior también es nuevamente recalcado por la socióloga al nombrarnos los beneficios empíricos de las relaciones no-monógamas, tales como: una mayor capacidad de mantenerse en contacto luego de divorcios o separaciones; un modelo de relación basado en fuerte sentido de ética y moral, con más honestidad, para con el grupo o mayores habilidades de comunicación y negociación dentro del plan relacional".
Carla González agrega que "creo que es necesario a abrirse a aceptar y tolerar nuevas formas de relaciones, plantear la posibilidad de que el modelo actual es, además de falso en muchos casos, restrictivo, no solo en lo pertinente a la sexualidad y los afectos, sino que, considerando el contexto social y económico actual de la población. Muchas como yo, piensan que tomar el poliamor o un modelo no monógamo, es mucho más práctico y satisface las necesidades vigentes de las familias, por consecuente podemos decir, que las familias tradicionales y hetero, mononormativas, están en general en una crisis, y una de las opciones viables, es la 'evolución' o aceptación de estas a un modelo que vele, por los intereses y el bienestar socioeconómico y emocional de todas las partes".