Los recientes brotes de influenza aviar (H5N1) han tenido un impacto devastador en diversas poblaciones de animales. Desde la primera detección del virus en Chile a fines de 2022, se ha informado su presencia en 55 especies de aves silvestres y 6 especies de mamíferos marinos, contabilizando más de 40 mil muertes. Para el caso de la producción de alimentos, se han registrado más de 850.000 aves sacrificadas, y aunque esta enfermedad afecta principalmente a los animales, esporádicamente se han reportado casos en personas, lo que representa un riesgo latente. En el ámbito socioeconómico, existe una real posibilidad de cierre de mercados, y el precio del huevo lleva un 36% de aumento en lo que va del año, impactando la economía de los más pobres.
Hace pocos días, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha vuelto a manifestar su preocupación por la extensión y comportamiento del virus, alertando a la comunidad internacional sobre su potencial impacto en la salud, debido a las constantes mutaciones. La estrecha identidad genética entre el virus humano y las cepas aviares sugiere un posible traspaso directo de aves a personas o la existencia de un reservorio común, generando grandes interrogantes sobre la transmisión y la fuente de origen de la infección.
Una de las principales lecciones de la reciente pandemia es que los desafíos globales deben ser enfrentados coordinadamente entre los actores públicos, privados, de la sociedad civil y la academia. El COVID-19 demostró que la urgencia supera rápidamente los recursos disponibles, siendo fundamental la gran red que permitió minimizar su impacto, definiendo una buena hoja de ruta para la preparación, prevención y control de futuras pandemias, donde el desarrollo y fortalecimiento de las capacidades regionales es clave para afrontar localmente los desafíos.
En la Universidad San Sebastián, con presencia en cuatro regiones, estamos promoviendo el enfoque de 'Una sola salud' (One health), que se basa en comprender la estrecha relación entre la sanidad animal, la salud humana y el medio ambiente. Reconocemos su interdependencia y vínculo con los ecosistemas, con el objetivo de prevenir futuras amenazas, preservar la naturaleza y mejorar la calidad de vida de las personas. Nuestro compromiso es trabajar para fortalecer la investigación y estar a disposición de las autoridades locales y nacionales para afrontar esta nueva crisis.
María Emilia Undurraga
Marcos Godoy
Universidad San Sebastián