Alerta por niveles de metales pesados en Quintero-Puchuncaví
Estudio liberado esta semana por el Centro de Investigación HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha dio cuenta de altas concentraciones en recursos pesqueros, por encima de los estándares recomendados por la OMS.
Coincidiendo con la aún vigente alerta sanitaria en Quintero y Puchuncaví y también en la misma semana en la cual fue presentado el inédito coordinador presidencial para la zona, Alejandro Villa, el Centro de Investigación HUB Ambiental de la Universidad de Playa Ancha acaba de liberar un informe en el cual queda en evidencia la fuerte presencia de contaminantes en la bahía y, en particular, en los recursos pesqueros de la zona.
En el documento se buscó determinar los niveles que alcanzan metales pesados como el Cadmio (Cd), Cromo (Cr), Cobre (Cu), Manganeso (Mn), Plomo (Pb), Vanadio (V), Níquel (Ni), Zinc (Zn) y Mercurio (Hg), que se acumulan en sedimentos y la biota marina.
De igual forma, durante el muestreo, se analizaron muestras que contenían coliformes fecales que tendrían relación con un emisario de aguas servidas ilegal en la zona peninsular de Las Ventanas.
Cabe señalar que se realizó un estudio del ecosistema marino submareal y se comparó con la localidad de Quintay, utilizada como control dado su bajo impacto antropogénico.
Metales pesados
Los resultados del estudio arrojaron que la distribución de metales, tanto en sedimentos como en biota, es variable y en muchos casos supera los límites establecidos por normas nacionales y/o internacionales en el ambiente y alimentos para consumo humano.
En el caso de los sedimentos se encontraron altas concentraciones de Vanadio (V) y Cobre (Cu), los que superan las recién aprobadas Normas Secundarias de Calidad Ambiental para la protección de Aguas Marinas y Sedimentos de la Bahía de Quintero-Puchuncaví.
En tanto, para el caso de la biota, los metales Plomo (Pb) y Cadmio (Cd) superan los límites máximos de las normas y reglamentos de referencia, principalmente los de índole internacional.
En particular, se encontraron contenidos altos de Pb y Cd, y a la vez superiores en comparación a los sitios control en las especies rollizo, jerguilla y jaiba peluda. Aun así, en varios casos, no se dispone de normas nacionales regulando los contenidos de metales en especies que son de interés para el consumo humano.
Además, el estudio arrojó contenidos altos en metales en algas, es decir, los niveles tróficos base, confirmando no solo el riesgo para la salud humana sino que para la integridad de los ecosistemas costeros en su conjunto. Esto último, puede traducirse en afectaciones ecosistémicas a distintos niveles tróficos, y manifiesto en aspectos etológicos, reproductivos, endocrinos, entre otros. Esto puede incluir a productores primarios y consumidores secundarios, herbívoros y carnívoros, detritívoros y filtradores.
Sobre estos resultados, el director del HUB Ambiental, Claudio Sáez, remarcó que "los niveles de algunos metales están por encima no solamente de la norma secundaria que se acaba de aprobar, sino que también muy por encima de los estándares recomendados por la Organización Mundial de la Salud y de muchos otros referentes internacionales".
En ese sentido, el investigador enfatizó que aquello "obviamente nos viene a confirmar que el tema de la contaminación en Quintero y Puchuncaví no solamente está remitido a los aspectos atmosféricos, a los aspectos terrestres, sino que también al área marítima".
Además de entidades como el Gobierno Regional, el estudio contó con el apoyo de representantes de la comunidad, entre los que se contaron pescadores y también integrantes de la organización Mujeres de Zona de Sacrificio en Resistencia (MUZOSARE). Su fundadora, Katta Alonso, también analizó los resultados del informe recientemente liberado calificándolos como "escandalosos".
En esa línea,Alonso indicó que "es escandaloso lo que está pasando aquí y está comprobado que no podemos seguir viviendo con estas veinte empresas (...) Está sobrepasado en la norma muchas veces y la norma nuestra (chilena) es muy mala".
Asimismo, la activista recordó que hay muchos metales para los que no hay norma a nivel nacional, y que por lo tanto, "como no hay norma no hay contaminación". Aquella debilidad de la normativa nacional también ha sido cuestionada por el investigador y director del HUB Ambiental.
Finalmente, el informe derivado del estudio también entregó recomendaciones. Entre estas se cuentan considerar la necesidad de un monitoreo continuo que permita conocer no solo la distribución de los metales analizados, sino que también su variabilidad en el tiempo. Lo anterior, debido a que los niveles de metales en el ambiente marino, además de los aportes antropogénicos, se pueden ver afectados por cambios naturales.