Artistas experimentales intervienen la tradicional colección del Baburizza
Gregorio Fontén y Walter Bee montarán dos obras independientes y complementarias que son el resultado de un proceso de investigación sobre sonidos y energías de Valparaíso. La muestra estará disponible desde el 24 de julio.
Marcelo Macellari
A partir de observaciones del entorno de Valparaíso, el artista chileno Gregorio Fontaine (Gregorio Fontén) y el italiano Walter Bee han desarrollado proyectos de arte experimentales, con trabajos que recopilan energías del ambiente para traducirlas a obras que interpelan los sentidos del observador. Ambos artistas interrogan los límites de nuestra percepción, ampliando las posibilidades de captar fenómenos que, por desconocimiento, solemos pasar desapercibidos. En este proceso, además, han ido desarrollando un archivo muy particular del Valparaíso, registrando sus ecos, ladridos de perros, vientos, luces y voces.
Bajo el concepto "La permeabilidad del material", la dupla mostrará los resultados de este largo proceso de investigación que han realizado en las calles, cerros y quebradas de la Ciudad Puerto, con la muestra correspondiente a un Fondart Regional (Creación Artística/Nuevos Medios), que se exhibirá entre el 24 de julio y 4 de agosto en el Palacio Baburizza, oportunidad en la que mostrarán dos obras independientes y complementarias, que dialogan con la tradicional colección del museo porteño.
Unidos por esta sensibilidad, en sus distintas obras los artistas hacen visible lo invisible. Los une, además, una actitud científica, relacionada con sus respectivas formaciones. Gregorio Fontén es doctor en Artes Sónicas por Goldsmiths University of London, y conoce muy a fondo los componentes físicos del sonido. Walter Bee, italiano afincado en Chile, es experto en restauración (además de ser artista visual y escenógrafo) por lo cual también tiene un profundo conocimiento sobre la composición de los materiales e imágenes. Ambos suelen utilizar en sus obras elementos tecnológicos para captar y transmitir energía, privilegiando la experiencia del observador y apelando al pensamiento crítico.
El artista Walter Bee define así su trabajo: "Es una investigación sobre el acto del mirar, sobre la observación de la realidad, la percepción de la materialidad de los objetos y cómo estos reaccionan a la observación. El trabajo se compone por objetos minimales que se instalan en la sala del Museo Baburizza dedicada a la naturaleza muerta".
Gregorio Fontén explica que "este proyecto, desde mi lado, se enmarca en una investigación que tiene que ver con el arte sonoro y que en parte se ha desarrollado en una investigación post doctoral en la PUCV, en la cual empecé a estudiar fenómenos de la historia de la música y fenómenos de la zona. El sustrato esencial con el cual yo trabajo es cómo se transmite el sonido, investigación que ha tenido muchas salidas, como la relativa al 'Monstruo' del Festival de Viña, la del Mercado Puerto, donde se trabajó con la materialidad del espacio y una intervención con un piano clave arriba de camión, que remitía al hecho histórico de la llegada a Chile del primer piano a través de Valparaíso. Todo estos fenómenos acústicos y cómo se van transmitiendo cultural y materialmente, es lo que yo explorado artísticamente en la transformación del sonido hacia otras materialidades".
"En el caso del Palacio Baburizza -agrega- está el pie forzado del diálogo que se establece con los cuadros de la colección, que corresponden a un periodo clásico o romántico, mientras que la nuestra es una mirada que mira hacia lo invisible. La idea es ponerlo en diálogo, no como una ruptura. Las obras son complementarias, porque mi investigación y la de Walter Bee dialogan, ya que ambas están en la búsqueda de elementos que son invisibles al ojo al desnudo".
Vacío sonoro
Fontén monta una tela en blanco tensada sobre bastidor frente a la pintura de Henri Dupray, "El tambor", que pertenece a la colección del museo. Esta obra es parte de un proceso que consiste en visibilizar los comportamientos sonoros y las proporciones de vibración entre diferentes frecuencias que generan diferentes respuestas afectivas, determinando lo que culturalmente consideramos "armónico" o "ruidoso". Parte de este proceso de investigación se tradujo en obras mostradas junto a Walter Bee en Galería AFA y en Puerto de Ideas, el año pasado.
La obra consiste en percutir la tela mediante un transductor que permite activar las resonancias que tiene el mismo material, haciéndolo vibrar. El artista explica que "esta intervención cuestiona la idea de que una tela en blanco está vacía, demostrando que eso vacío está lleno de ecos o resonancias. Para mí se trata de hacer visibles la propiedades invisibles de los elementos". Junto a la bailarina Alexandra Mabes, Fontén realizará una performance el sábado 29 (16.00 horas), que incluyen lecturas de poemas, donde también demostrará cómo las frecuencias se pueden traducir a imagen.
Elegia b
En tanto, Walter Bee interviene la sala dedicada a Naturaleza Muerta del museo con una instalación donde dispone de un conjunto de paralelepípedos (prismas de seis caras) realizados en yeso y pintados de colores. La obra, de gran sencillez y síntesis formal, se plantea como un cuestionamiento a la reificación del arte.
Siguiendo lo que ha sido su permanente investigación sobre la mirada, Walter Bee, quien en 2017 fundó en Valparaíso el espacio independiente de arte Isabel Rosas Contemporary, hace que el observador se concentre en la superficie de un objeto elemental, una "cosa" que no representa nada más que a sí misma. Desde esta posición interroga el proceso de mirar y ser mirado, y cómo la cultura moldea esa experiencia. La obra de Walter Bee pone en crisis también los géneros tradicionales del arte, como modelos que limitan la percepción.