Porteña empeñada en recuperar las piscinas de Las Torpederas
Bárbara Castillo junto a arquitectos de la zona, quiere transformar las ruinas de este balneario en un centro terapéutico y recreativo, resguardando su espíritu. Idea, que nace en el año 2018, quiere convertirse en realidad.
Las Torpederas es, quizás, una de las playas más influyentes de Valparaíso: es el destino favorito para los porteños durante el verano y un paseo obligatorio para las tardes de invierno.
Con una influencia, según datan los registros, desde mediados del siglo 19, esta querida playa se aloja en los corazones de todos los porteños sin duda alguna y hoy, para buena noticia de la comunidad, quiere ser embellecida por un grupo de profesionales locales.
Hablamos de la apuesta que está levantando Bárbara Castillo, directora de Inversiones Chile, y los arquitectos Sergio Vitta y Rodrigo Arochas, quienes, en conjunto, quieren dar vida a lo que un día fueron las tan recordadas piscinas de Las Torpederas a través de la construcción de un centro terapéutico y recreativo de carácter semi-público.
Según explican, la idea que nace en el año 2018 tiene como origen su cariño por la ciudad, como también la necesidad de ser un aporte en materia de salud mental.
"La idea es hacer nuevamente estas piscinas, pero con el sentido comunitario, entendiendo que es un proyecto semi-público. En toda la parte de arriba, a nivel de la calle Altamirano, vendría siendo un mirador, con mesas de ajedrez, lo que sería público y por abajo, el acceso a las piscinas, con cuatro salones y una cafetería, vendría a ser privada. Nuestra idea es hacer convenios con centros de salud, donde puedan ir los profesionales y atender a las personas con un costo menor: la gracia es que los adultos mayores puedan bajar del cerro a darse un baño de agua por no más de 'tres lucas', es decir, accesible", relata Bárbara Castillo, quien está gestionando la concesión.
De esta manera, lo que este proyecto busca, en lo concreto, es recuperar lo que hoy son ruinas a través de esfuerzos de inversionistas. Según revelan, solo les faltaría un "visto bueno".
"El capital se hace a través de inversionistas y lo único que estamos pidiendo es la concesión. Yo vengo trabajando desde el 2018 en este proyecto y ya he presentado papeles y todos los permisos habidos y por haber, y de los 20 permisos que nos piden, tenemos 19, nos falta uno, que es el de Obras Públicas", revela la gestora.
"Queremos darle color a nuestro Valparaíso y ayudar, sobre todo, en la salud mental. Este proyecto va directamente a eso: un centro terapéutico y recreativo, es decir, estamos colaborando con algo que es urgente en Chile", añade.
No irrumpir y aportar
Desde una mirada experta, el académico de la Universidad Andrés Bello, Sergio Vitta, uno de los arquitectos integrantes de la iniciativa, asegura que el proyecto no busca irrumpir el entorno, sino que busca aportar al tan preciado lugar, haciendo una rehabilitación histórica, resguardando el espíritu del balneario.
"El proyecto responde al entorno en el cual está, no irrumpiendo el borde costero, que es algo que se ha querido proteger, colaborando directamente con el espacio público, porque nosotros entendemos que este lugar, por medio de una concesión, es un espacio directamente privado para el uso público, entonces este proyecto que estamos proponiendo tiene esa dualidad", explicó el arquitecto.
"Armónicamente o visualmente queremos que no irrumpa absolutamente ningún volumen hacia la vista hacia el mar, sino que queremos aprovechar la morfología que tiene Las Torpederas, que está bajo el nivel de calle, y desde ahí queremos colaborar con el entorno y el usuario, siendo respetuosos con el entorno natural y físico", reitera.
En cuanto al foco de la obra, Vitta manifiesta que estará "en el adulto mayor, por lo tanto, la idea es poder acercar el espacio público al adulto mayor que hoy día solamente se está radicando en las plazas de los centros urbanos más clásicos, a un mobiliario amable, con un espacio de esparcimiento donde se puedan desenvolver".
"El proyecto responde al entorno en el cual está, no irrumpiendo el borde costero, que es algo que se ha querido proteger".
arquitecto Sergio Vitta