"Es necesaria una decisión clara del Estado respecto de qué hacer con el sitio", apunta el arquitecto Mario Ferrada. "El ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, en conjunto con el ministerio de Relaciones Exteriores deben clarificar a la ciudadanía sobre el riesgo del sitio y actuar conjuntamente con la municipalidad. Es necesaria una iniciativa especial para Valparaíso (¿una Ley Valparaíso, por qué no?), un programa financiado y un plan de gestión integral. Es imprescindible retomar el sentido original de la nominación, reencantarnos con un 'proyecto de ciudad' que demuestre que los recursos patrimoniales están allí para lograr el desarrollo económico, social y cultural que la ciudad se merece. Esta debiera ser la meta de mediano y largo plazo para dejar atrás tantos años de excusas, demoras e ineficiencia, y mostrar al mundo que merecemos de verdad el título Unesco", concluye.