El rey Carlos III saludó a cientos de personas previo a su coronación
El monarca británico subirá oficialmente hoy al trono, tras 70 años de reinado de su difunta madre, la reina Isabel II.
EFE / N.E.
El rey Carlos III saludó ayer a cientos de personas apostadas en las cercanías del Palacio de Buckingham, en el centro de Londres, previo a la celebración de su coronación oficial en la Abadía de Westminster, que se llevará a cabo hoy.
El soberano, de 74 años, llegó a la avenida The Mall acompañado del príncipe Guillermo (William), heredero al trono, y su esposa Catalina (Catherine), que también conversaron con los ciudadanos que contemplarán de cerca la procesión real, algunos de los cuales llevan ya varios días espera.
Con traje azul marino y corbata rosa, el rey sonrió y habló con muchas personas, mientras miembros de su equipo de seguridad sugerían al público que dejaran sus celulares y les instaban a "disfrutar del momento".
Visitantes de diversas partes del mundo se acercaron a los miembros de la familia real para trasmitirles buenos deseos antes de la coronación: "Rey Carlos, es un gran honor conocerle, venimos desde Estados Unidos", le dijo una mujer al monarca, mientras otra le comentaba que había llegado desde Tailandia.
Catherine, por su parte, deseó a los ciudadanos que lo pasen lo mejor posible en un fin de semana en el que numerosos pueblos y distritos del Reino Unido harán fiestas callejeras en ocasión de la coronación.
Carlos III será el cuadragésimo monarca que ascenderá oficialmente al trono en la emblemática Abadía de Westminster, donde los reyes ingleses y británicos han sido coronados durante alrededor de mil años.
Camino al trono
Siete décadas a la sombra de su legendaria madre han configurado la personalidad y la imagen de Carlos III, quien hoy será coronado pese a haberse convertido en rey a todos los efectos desde la muerte de Isabel II, el pasado 8 de septiembre.
El simple hecho de que haya decidido rebajar el tono y la dimensión de una ceremonia tan fastuosa como la coronación habla claro, no sólo del compromiso con la sostenibilidad del que presume, sino también de que su reinado no debe aspirar a compararse con el de su madre.
Por muy proverbial que sea la longevidad de los Windsor (sus progenitores casi alcanzaron el siglo), los 74 años de Carlos permiten vaticinar que su reinado será mucho más breve que el de Isabel II.
Su popularidad, siempre en entredicho, tampoco le augura un sitio en el panteón de la realeza, aunque por ahora haya desempeñado su papel con solvencia.
La vida de Carlos Felipe Arturo Jorge de Windsor está definida por tres mujeres: su madre Isabel, su exmujer Diana de Gales y su esposa, la reina consorte Camila.
Si Isabel le legó una monarquía consolidada en los turbulentos tiempos de la posguerra y del fin del imperio, el fallido matrimonio con la difunta Diana de Gales determinó en buena medida la imagen pública de Carlos en el Reino Unido y más allá del país.
Camila, mientras, ha pasado de ser la culpable de acabar con el cuento de hadas entre Carlos y Diana a ser aceptada como el gran amor de la vida del monarca, tras una operación para amabilizar su figura en la que el Palacio de Buckingham no ha escatimado recursos.