Un clásico policial

Publicada inicialmente como "Diez negritos" -su título deriva de una ronda infantil inglesa, similar a nuestro "Yo tenía diez perritos"-, la célebre novela de Agatha Christie circula hoy bajo el título de "Y no quedó ninguno". Esta y otras obras de la escritora policial inglesa han pasado por la revisión de comités de sensibilidad que han editado algunos contenidos, eliminando o cambiando giros de época considerado hoy políticamente incorrectos. Al margen de esta discutible decisión, esta novela es una de las más notables de la escritora británica, especialmente por su inesperado y sorprendente desenlace. Y una miniserie británica pone en pantalla este alucinante misterio. Aunque no se trata de un estreno (es de 2015), sin duda vale la pena ver sus tres capítulos.

"Diez negritos" -en la serie, "diez soldados"- es una ronda infantil donde uno a uno los personajes van desapareciendo, hasta que no queda ninguno. Así mismo, diez son los personajes que se reúnen en la solitaria Isla del Soldado, tras recibir la invitación del enigmático señor U.N. Owen y su esposa. Ocho son los invitados (un juez, un playboy, una secretaria, un policía, un general, un médico, un mercenario y una solterona), a los que se suma un matrimonio de sirvientes que se encarga de recibirlos en la mansión, la única vivienda de la isla. De los anfitriones no hay rastro. Un hombre los traslada en bote desde el continente y los deja en la isla hasta próximo aviso. Cada uno de ellos ha llegado por distintos motivos, que se van revelando a medida que se conocen.

La primera noche parece normal, cenan juntos y a través de la conversación se van conociendo. Pero pronto uno de ellos morirá. Y luego otro y otro más, uno por uno, de acuerdo a la rima de la ronda infantil. Los invitados pronto se dan cuenta de que han caído en una trampa y que alguien los está cazando. No son del todo víctimas inocentes: cada uno carga con una o más muertes. Al principio todos se defienden, pero a la larga se revela que ninguno es tan inocente como parece.

"Y no quedó ninguno" es una entretenida novela policial, donde se diluye la idea clásica del sospechoso porque todos son potenciales víctimas y no hay un detective investigador. De allí que su resolución sea tan sorprendente. La serie apunta bien en la atmósfera, recreando el aislamiento de una casona lujosa pero opresiva, azotada por el frío viento inglés y separada del mundo exterior. El guion también acierta al contar, a través de flashbakcs, la historia de los personajes y las razones de por qué llegaron allí. Si hay una crítica que hacerle es el apurado desenlace. Si algo caracteriza los finales de las novelas de Agatha Christie, es el momento de la revelación, donde todo se explica, las piezas calzan y las motivaciones se exponen. En la serie este momento pasa demasiado rápido como para saborearlo.