Venganza por armas no devueltas sería el móvil del múltiple crimen de Quilpué
Detenido fue formalizado, pero el tribunal rechazó la prisión y ahora decidirá la Corte. Según testigos, agrupación operaría con sicarios extranjeros y se le vincularía a varios hechos de sangre en esta región y en la Metropolitana.
Belén Velásquez - La Estrella de Valparaíso
Una banda con alto poder de fuego, liderada por un porteño, pero integrada por sicarios extranjeros, es la que estaría detrás del cuádruple crimen ocurrido el 8 de abril en Quilpué, donde tres hombres y una mujer fueron acribillados a tiros y además atacados con una granada que destruyó parte de la vivienda ubicada en una toma de Belloto Norte, sobreviviendo dos niños de 10 y un año.
Homicidio calificado por premeditación y alevosía y tenencia ilegal de arma de fuego y artefacto explosivo fueron los delitos que ayer la fiscal Mónica Arancibia imputó a Maximiliano Alexanders Vasconsellos González, sujeto que fue detenido por la PDI como uno de los coautores de los crímenes.
"Ángel", el líder
En audiencia la persecutora ventiló los testimonios de tres testigos protegidos que dieron cuenta que el líder de la banda, Ángel, junto a otros sujetos, dentro de ellos el imputado y el "Sari" -que además es pariente de la víctima del robo que originó el procedimiento donde murió la suboficial Olivares- días antes del crimen se prepararon con pasamontañas y guantes para luego dirigirse abordo de una camioneta gris, escuchando el testigo que irían a Quilpué.
"Días después escuché que un extranjero dijo que tenía suplicando a la huevona: la tiré al suelo, se puso de rodillas y me pedía que no la matara por sus hijos, que le perdonara la vida, pero le disparé igual. Todo esto entre risas y gestos, no podían dejar testigos", dijo uno de los protegidos de Fiscalía.
De esta manera, los testigos relacionaron los hechos, sumado a que habrían existido rencillas previas entre la banda de Ángel y las víctimas: "Se habrían facilitado armas a una de las víctimas por parte de esta banda que viene de Valparaíso que no habrían sido devueltas", dijo la fiscal.
La persecutora agregó que "una agresión por parte de una de las víctimas del cuádruple homicidio a la pareja de uno de los integrantes de la banda y que dicho integrante, que es uno de los que tiene algún mando sobre los demás, decidió vengarse de toda esta situación", esableció Arancibia, precisando en audiencia que al menos seis armas de fuego habrían sido usadas en el crimen, pero que aún no se puede precisar quiénes dispararon.
Sin embargo, la fiscal comentó que espera los peritajes balísticos de las municiones halladas en el sitio del suceso y las armas incautadas cuando tres colombianos fueron detenidos en Valparaíso en medio de diligencias del múltiple crimen.
Sin testigos presenciales
Por su parte, el defesor privado Marcelo Jara alegó que "uno de los problemas del planteamiento (de la fiscal) es que nadie es testigo presencial, que es una fuente probatoria directa", cuestionando a los testigos protegidos: "Requieren un análisis profundo la credibilidad que pueda tener este tipo de testigo".
Sobre la presencia de la banda en el cerro Mariposas, los testigos señalaron que es posible apreciar a extranjeros, sobre todo venezolanos y colombianos, portando "armas o fusiles de alto calibre", quienes todos los días, a eso de las 19.00 horas, cuidan el entorno de la propiedad utilizando radios para comunicarse entre sí. "Hay plantaciones de marihuana, estoy segura que hay un laboratorio de droga", agregó uno de los testigos, señalando que la banda estaría ligada a otros crímenes en Valparaíso y en la capital, donde además el imputado habría sido secuestrado.
Tras la formalización, la jueza Alejandra Radic indicó que los antecedentes no eran suficientes para posicionar al imputado en los hechos y rechazó la prisión preventiva. Sin embargo, el sujeto se mantendrá privado de libertad hasta que la Corte de Valparaíso resuelva hoy la apelación hecha por el Ministerio Público.