El Plan de intervención en las 30 comunas que presentan un índice delincuencial más alto ha sido muy bien recibido por la comunidad, lo mismo ocurre con la posibilidad de llamar al servicio activo a personal en situación de retiro, creo que esto último mejoraría el grave déficit de personal que afecta a ambas policías, y que en el caso de la PDI es de aproximadamente un 50%.

Otra medida importante es la formación de profesionales como policías, y creo que para ello se requiere profesionales con mallas curriculares más cercanas a las policiales, y que pudieran formarse en cuatro semestres académicos, es decir, la mitad de lo que demora la formación de un Detective o de un Oficial de Carabineros.

Por otra parte, intervenir las 30 comunas donde se presenta más inseguridad objetiva, hará que la delincuencia opere en comunas sin intervención policial, es decir, el plan debe ir adecuándose a las necesidades, y ojalá otorgándole más facultades a las policías, y una muy esencial sería que en el caso de prófugos o requeridos no habidos. las policías cuenten con los decretos y facultades permanentes, si no es así, los resultados pueden diluirse rápidamente.

Alberto Contreras Silva

C.I 5.891.935-7

No deja de sorprender que en menos de un mes hayan asesinado a tres funcionarios de Carabineros de Chile, quienes dejaron familias a la deriva. Tras el duelo, es necesario tomar medidas y para buscar soluciones a un problema debemos hallar el origen de este ¿Por qué está ocurriendo?

Sería injusto culpar única y exclusivamente al gobierno de turno. Sin embargo, muchos de los principales representantes de la coalición Apruebo-Dignidad, cuando eran oposición, se encargaron de deslegitimar a nuestras Fuerzas de Orden. Desde tratarlos "violadores en su camino", como mencionó el diputado Diego Ibañez (actual presidente de Convergencia Social), hasta poner sobre la mesa la disolución de Carabineros, como lo señaló la diputada Emilia Schneider después de ser detenida por cortar la Alameda.

El gobierno de Sebastián Piñera tampoco está exento de responsabilidad en esta deslegitimación de las policías. Hay que recordar la falta de apoyo político que tuvo su gobierno hacia la institución durante las violentas manifestaciones del estallido social. En ese momento, se dieron de baja a decenas de funcionarios sin haber concluído la investigación, y el mejor ejemplo es el caso del Cabo Zamora.

Pero nuestra generación también es en parte responsable. Durante el estallido social se normalizó insultar a Carabineros, increparlos en la calle, reproducir canciones ofensivas, realizar coreografías donde se los trataba de violadores y compartir imágenes en redes sociales que los defendían, entre otras cosas. Toda causa tiene un efecto, y si los políticos le daban la espalda a Carabineros mientras la ciudadanía los ofendía, no es de extrañar los resultados que estamos viendo estos días.

Benjamín Peña y Lillo Poblete