Luis Felipe Ávila Laferte

Hace más de 25 años que el Club Pajonal del Cerro Merced mantiene un fuerte vínculo con los equipos mendocinos LAF y Villa el Parque, con los que a principios de este mes se volvieron a reunir. Esta vez fue el cuadro porteño quien hizo las labores de anfitrión y recibió a las familias de ambos clubes argentinos en una junta marcada por el fútbol, pero por sobre todo, la amistad.

"Este es un encuentro deportivo que se realiza hace más de dos décadas. Si bien por la pandemia tuvimos que frenar las reuniones, en octubre pasado retomamos y nos reencontramos en Mendoza. Esta unión es muy gratificante, porque se conocen las familias, se hacen nuevos amigos, y es un lazo que se ha traspasado por generaciones. Hoy en día los más jóvenes están tomando la batuta y los viejitos nos vamos quedando atrás", comenta Bernardino Estay, colaborador del club Pajonal y pilar fundamental de esta relación.

"Yo antes trabajaba en la intendencia del Gobierno Regional y ahí había un funcionario que hizo el contacto. De a poco nos fuimos juntando y conociendo y los empezamos a alojar en nuestro club cada vez que venían", reveló el porteño acerca del origen de este vínculo.

Reuniones anuales

Los encuentros deportivos entre estos clubes se dan todos los años, alternando juntas en Mendoza y en Valparaíso.

"Ahora ellos vinieron el jueves 2 de marzo y se fueron el domingo 5. Nosotros los albergamos en el club, jugamos partidos y los llevamos a pasear. Así como también ellos hacen lo mismo cuando vamos para allá. En total somos 20 los que viajamos a Argentina y allá nos ofrecen alojo, asados, de todo", destaca Bernardino Estay, quien además resalta que esta es una alianza única en la Ciudad Puerto.

"No hay ningún club en Valparaíso que haga lo mismo que hacemos nosotros. Así que ojalá que esto no se pierda nunca porque es muy bonito lo que se ha ido formando con el paso de los años".

Más allá del fútbol

Si bien el aspecto en común que tienen estos tres clubes es este deporte, con el transcurrir del tiempo el lazo que se formó traspasó la actividad hasta convertirse en un asunto familiar.

"Ellos tienen chicos, que han salido últimamente, y que son súper buenos para la pelota, por lo que cuando vienen para acá nos dan un baile, sin embargo, lo más importante siempre ha sido la amistad más que los partidos. En los tres o cuatro días que suelen durar los encuentros lo pasamos súper bien y cuando llega el momento de la despedida todos nos ponemos tristes. La relación es excelente, nunca ha habido una mala palabra con nadie", resalta, agregando que algunos miembros del club Pajonal ya tienen planeado cruzar la cordillera en los próximos meses.

"Ahora queríamos hacer una reunión en semana santa pero por falta de tiempo no se va a poder. Aunque algunos van a ir de todos modos a pasear y yo también iré pero de forma particular. La amistad ha crecido tanto que uno va a visitarlos incluso fuera de los encuentros deportivos que hacemos normalmente. Ellos también a veces vienen de vacaciones y nosotros les damos alojo o les conseguimos hospedaje", cerró.

La Estrella de Valparaíso